Por: Augusto Posada Sánchez
Los 1.102 alcaldes y 32 gobernadores que fueron elegidos el pasado 25 de octubre en Colombia, tienen en sus manos la posibilidad de aportarle a la paz que inicialmente se acordará con las FARC el próximo 23 de marzo, desde sus municipios y departamentos, con ideas y acciones concretas para el postacuerdo.
El conflicto armado que ha sufrido Colombia por más de 50 años, tiene en casi todos sus 1.102 municipios personas desplazadas, huérfanas, viudas, madres sin hijos, sin oportunidades y sin siquiera un techo propio bajo el cual puedan vivir su dolor y comenzar de nuevo.
Los mandatarios locales y regionales electos ya deben sentirse protagonistas de la paz, tanto la que se está negociando en La Habana como la que se construye con equidad, oportunidades y justicia social en cada uno de los territorios de Colombia. Alcaldes y gobernadores, por supuesto con el acompañamiento político y administrativo de las corporaciones públicas que también resultaron electas, son fundamentales en la materialización del proceso de paz, con acciones decididas para el postacuerdo.
No es necesario recordarles que la dignidad humana, la solidaridad y el bienestar general son principios constitucionales que fundamentan el compromiso de un Estado Social de Derecho obligado a prestar todos los servicios públicos indispensables para que esa dignidad y ese bienestar dejen de ser sólo palabras huecas en nuestra Carta Política. La educación y la vivienda, por ejemplo, son dos de esos servicios que permiten la cristalización de la prosperidad y la justicia social que alejan la violencia justificada en la pobreza, la inequidad y la injusticia. Por eso los invito, alcaldes y gobernadores de los próximos cuatro años, a que no teman, a que confíen en que la promesa de ayudar a acabar con el déficit cuantitativo y cualitativo de vivienda para sus habitantes menos favorecidos, incluida en sus programas de gobierno y posteriores planes de desarrollo, será una realidad.
Quiero que vean en el Fondo Nacional del Ahorro –FNA- a un gran aliado, que los nuevos gobernantes sientan que nuestra Entidad está a la mano para que puedan atender a las familias que presentan dificultades para acceder a créditos hipotecarios y a proyectos de vivienda en suelos de calidad y con flexibilidad de pago.
Los nuevos mandatarios deben participar en el postconflicto eliminando algunas de las barreras que impiden que los colombianos de bajos recursos accedan a vivienda de interés social e interés prioritario. Entre las estrategias que pueden implementar de la mano del FNA está la construcción de proyectos habitacionales con subsidios del Gobierno Nacional para ampliar el número de viviendas en cada municipio.
Es importante que los alcaldes electos conozcan los programas del Fondo Nacional del Ahorro y los beneficios que cada uno de estos les brinda a los colombianos, como el “Arriendo Social”, que permite a quienes ganan hasta cuatro salarios mínimos, facilidades para adquirir su vivienda.
Otra excelente opción del FNA es el ahorro voluntario contractual, el cual les permite a los colombianos que no tienen depositadas sus cesantías en nuestro Fondo y que no son sujetos de crédito por no tener el respaldo que exige la banca, acceder a préstamos para compra de vivienda.
Señores alcaldes y gobernadores: no están solos en su propósito de entregar bienestar y calidad de vida a sus gobernados. El Ministerio de Vivienda y el Fondo Nacional del Ahorro somos garantía de la efectividad del derecho a vivienda propia, nueva o usada, y a su mejoramiento, para que, empezando por la dignidad humana y social que ofrece un techo propio y en buenas condiciones, se conviertan en artífices materiales de la paz que llevamos tantos años anhelando. La paz que está a una firma, sumada a la gestión que ustedes harán por el crecimiento y desarrollo social de sus localidades y regiones, de la mano del Gobierno Nacional y de entidades como el Fondo Nacional del Ahorro.