Por: Augusto Posada Sánchez*
La etapa del posconflicto será fundamental para la materialización del acuerdo final de paz entre el Gobierno Nacional y las FARC y su posterior refrendación en el Plebiscito. El compromiso frente a su éxito es de todos los sectores sociales, económicos y políticos.
El Fondo Nacional del Ahorro está firme en el propósito de hacer que la Paz ya acordada con las FARC, sea real. En lo que a su misión social compete, el Fondo está presto a responder.
Para los desmovilizados que efectivamente participen en el cese al fuego definitivo y dejación de armas, al igual que para las víctimas civiles del conflicto armado que estamos viendo por fin llegar a su ocaso -por ahora con las FARC-, habrá prioridad en el acceso a créditos para vivienda propia y educación.
Por supuesto, existe el requisito del buen comportamiento y el cumplimiento permanente de lo acordado y refrendado por los colombianos.
Estamos convencidos de que si cada uno de los sectores empieza el círculo virtuoso de la equidad y la justicia social con sus acciones positivas, entre todos evitaremos que los desmovilizados vuelvan a las armas y que otros actores piensen en tomarlas.
El Fondo Nacional del Ahorro empieza ese círculo virtuoso ofreciendo crédito para vivienda no sólo con las tasas más competitivas del mercado financiero, sino manteniendo en cero por ciento real las tasas de interés para las familias de más escasos recursos del País o que ganan hasta dos salarios mínimos legales mensuales vigentes, y claro, entre quienes aplicarán las familias de los desmovilizados y las víctimas.
Recordemos que la financiación tiene un plazo de 30 años, con una tasa de interés de UVR + 5%, porcentaje que corresponde al subsidio del Gobierno Nacional para las familias que quieren acceder a Vivienda de Interés Prioritario –VIP-, lo que significa que el beneficiado sólo está obligado a pagar la inflación.
A través del programa Mi Casa Ya, la cuota mensual que puede pagar una familia de estrato bajo que actualmente paga un arriendo de 350 mil pesos, es de 46 mil pesos.
En el Fondo queremos que Colombia sea un País de propietarios y no de inquilinos obligados a pagar un arriendo que se convierte en una tremenda carga para los ingresos de las familias. Por eso, tanto para las ciudades como para los municipios donde la violencia no ha permitido que lleguen el progreso y la prosperidad, el Fondo Nacional del Ahorro está ofreciendo oportunidades a través del crédito constructor del Fondo para que los alcaldes adquieran lotes para la construcción de viviendas a las que se pueda acceder por medio de Mi Casa Ya o del programa Arriendo Social, con financiación hasta de 30 años.
Recordemos, también, las facilidades en los créditos para educación superior:
Ya es Ley de la República desde el pasado 29 de julio el beneficio para los afiliados del Fondo Nacional del Ahorro con cero intereses por sus créditos educativos. Como el mismo presidente Santos lo dijo: “ésta es una excelente noticia para la educación del País y, especialmente, para los colombianos de estratos 1, 2 y 3, priorizados por el Sisbén, que quieran acceder a la educación superior”.
A todos los colombianos ubicados en este rango socioeconómico, entre quienes incluimos a desmovilizados y a víctimas del conflicto, sólo les cobraremos el IPC, para mantener el valor del crédito, pero no les cobraremos intereses de ahí para arriba: estos van por cuenta del Estado, que es lo que permite bajarle el costo al crédito.
Vuelvo y digo: ésta es una nueva posibilidad para que más colombianos accedan a la educación y a mejores oportunidades, reforzando un círculo virtuoso que debe ayudarnos a acercarnos cada vez más a la justicia social que nos vaya alejando con seguridad de la violencia y de la guerra, en la que algunos de nuestros compatriotas se embarcaron en busca del poder para pretender desde allí cambiar el estado de cosas y brindar justicia social.
Hasta ahora, hemos financiado la educación superior de 10.617 colombianos. Estimamos que con la nueva Ley de la República, para 2019 podrían ser más de 20 mil los beneficiados. Y que quede claro: no serán solamente quienes han consignado sus cesantías en el Fondo: serán también aquellos ahorradores voluntarios que simplemente quieren materializar el sueño de vivienda propia y educación para su progreso, el de sus familias y el de la sociedad.
En el Fondo Nacional del Ahorro celebramos que todo esté acordado entre el Gobierno y las FARC. Por eso, no podemos permitir que lo acordado en La Habana y refrendado en Colombia sea letra muerta: para consolidar la paz, necesitamos ir más allá de la firma protocolaria brindando oportunidades a más de siete mil excombatientes y a cerca de siete millones de víctimas de un conflicto de más de cinco décadas.
Hemos entendido que nuestro papel para facilitar el acceso a vivienda digna propia y a la educación para destruir la trampa de pobreza y construir el puente de la prosperidad, es fundamental.
*Presidente del Fondo Nacional del Ahorro