Diego Calle

Por: Diego Calle Pérez

La educación y la cultura en Colombia son las  cenicientas de los mandatarios. Si a los ministros les pagaran por los recursos que administran, sus salarios no serían tan iguales a los de un senador o presidente de banco. Fueron los curas, las monjas y los propietarios de los colegios privados, los que desde hace años atrás les dañaron el sueldo a los profesores de las instituciones del estado. Todo lo que hacían en el modelo privado lo imito el ministerio de educación finalizando el gobierno de Pastrana II. Es una larga puja que difícilmente se puede desarrollar en breves líneas.

Los señores propietarios de los colegios privados, andando desesperados para que el ministerio les diera vía libre a los aumentos desmedidos en sus matrículas y pensiones, alertaron a los técnicos del Ministerio como pagaban a los profesores, que a su vez tenían horario en el sector oficial. No es de culpar al profesor que tenía obligaciones que cubrir con hijos en universidad, más los servicios públicos y una casa por pagar en banco con upac. Los colegios privados nunca le pagan al profesor por el escalafón docente, tienen tablas salariales que amañan a convenir y nunca pasan del 75% si es profesor oficial, con carta en mano profesor renuncie a su derechos y empute que en este colegio necesitamos de su servicio leal y conforme a las normas, usted también reza el rosario.

Luis Carlos Galán Sarmiento, en sus momentos también aporto con sus impulsos por el magisterio nacional en el año 1970, tenía un modelo muy francés, pero con pesos colombianos. Todo se desvertebro en los años perdidos de la década de los ochenta, hasta que no faltaron otros genios y se idearon el 1278. Municipios certificados y cobertura educativa para los privados licitadores.

Desde 1962 a la fecha con GINA PARODY ningún ministro de Educación ha sido un reconocido académico, científico social, escritor, sociólogo, historiador, filólogo o matemático, todos han sido cuotas de turno político y burocrático de los presidentes del periodo correspondiente.

Entre los profesores del 2277  y el 1278 la diferencia salarial es como lo que ha expresado en otro contexto el senador Jorge Robledo. Mientras unos profesores llegan a la institución educativa en Toyota Carevaca los otros llegan en Renault de segunda mano. Los profesores 1278 no le temen a la evaluación. Muchos de ellos no tienen un ascenso porque en el 2277 escalonan por años de antigüedad con cursos como en las Fuerzas Armadas y en el 1278 pagan por una evaluación que es un refrito mal hecho por una universidad,  con preguntas mal formuladas para que pocos pasen la prueba que dicen los califica. La realidad es que si no tenemos policías suficientes para las calles llenas de delincuentes, que vamos a tener un país con presupuesto suficiente para tanto profesor calificado y no como antes que muchos escasamente salían de una normal superior y llegaban a la 14 con los trabajos hechos por los que hoy luchan por un mejor salario en 1278. La huelga apenas comienza y no hay ganadores, ni perdedores, en la futura COLOMBIA MÁS EDUCADA.