Por: Diego Calle Pérez
Muchos están atentos por lo que pasa en la Habana y en Caracas y se olvidan de lo que finaliza Aníbal Gaviria en la ciudad innovadora. Hay temas de ciudad que afectan la vida cotidiana que es necesario destacar, porque en unos años, ya se olvidaran porque lo opaca la forma de gobernar de Federico Gutiérrez que debe hacer un esfuerzo de Sansón para no parecerse ni a Fajardo, mucho menos a Salazar, ni sobrepasar los excesos de Aníbal Gaviria el que despreció por unos meses a su buen amigo Eugenio Prieto Soto quién brillo al final de la campaña con reveces y contrariando a sus jefes.
Cuando la autopista al sur fue rectificada, con carriles con sentido norte al sur y en sentido contrario de sur a norte, llegar a la Mayorista en predios de Itagüí desde Bello, no se tardaba más de treinta minutos a una velocidad promedio. Hoy, un día cualquiera incluyendo los domingos se tarda más de una hora y media, tanto como para llegar a un municipio por fuera del Área Metropolitana. Si el trayecto se hace desde la Mayorista para llegar a Bello se hace un poco más rápido hasta llegar al puente de Barranquilla, cerca de la Universidad de Antioquia. No falta el choque, el accidente de la moto, no falta el ciclista, no falta la tractomula. Las motos y los usuarios de este medio de transporte aumenta, pero para nada las campañas de conduzca como ciudadano respetando y acatando las normas internacionales de conducción. Los accidentes aumentan y los índices de muertos en motocicleta son cada día más numerosos.
Los semáforos en las glorietas se convierten en un trancón más que una solución. Los conductores de taxi son cada vez más acelerados, imprudentes y poco tolerantes entre sus mismos gremios. Nunca se conoció campañas que fortalecieran una conducción moderada y educada, al mejor estilo de la más educada. Las rutas circulares que rondan la ciudad no son lo suficientes atentas al servicio y en muchos casos los chiveros, que no son piratas, sino rebuscadores de un sustento, se les ataca con sevicia por los propios guardas de transito buscando en ellos la coima o el parte. Las terminales de transporte están administrando los parquímetros en sitios donde están robando y nadie responde, pero pague la hora que ocupa el espacio público. Las foto-multas se están convirtiendo en un absurdo en una ciudad que no se mueve por la construcción de parques del rio. Obra que tiene corto trayecto y elevado costo por metro cuadrado. La policía poca atención le está dando a los trancones en la vía intervenida y muchos son los qué se quejan de atracos y saqueos. Son muchos los camiones y tanques que esperan en la vía que les den salida para el sur del departamento. Los martes y los jueves se paraliza la regional o la autopista, llamarla como quieran no es el problema, la situación es la poca movilidad que se da en el día, en la noche es tan sola como la ciudad que es una parroquia con ínfulas de gran capital. No hay razones para que en Medellín se den tantos trancones en una ciudad donde la inequidad social es alarmante como lo expresa el concejal que ahora será secretario de la inclusión social Luis Bernardo Vélez.
Las urbanizaciones cerradas cada vez están más en auge por la ciudad. El temor y la desconfianza al atraco y al robo del carro son alarmantes. Las construcciones de edificios cada vez aumentan en laureles y la floresta. El barrio Prado se llena más de inquilinatos y de casas asilos. El centro de la ciudad queda en cuidados intensivos hasta que muy sensatamente llegue un verdadero gestor de asuntos que fortalezcan el corazón de una ciudad parroquial.
Los muchos vehículos que saldrán de la alpujarra y del edificio de EPM, pagarán el peaje de cruzar por el túnel de 80 metros que ha sido polémica por denominarse, hogar para la vida. El sur de la ciudad, con los municipios de Envigado, Itagüí y La Estrella aumenta cada vez más en habitantes pero sin rutas alternas para entrar y salir de Medellín, al igual que los habitantes de muchos condominios al Norte en Copacabana y Girardota.
Envigado se ha convertido en el dormitorio favorito para muchos de los que trabajan en las oficinas de estrato alto de la ciudad de Medellín. Las transversales del poblado no dan abastó para los vehículos que cruzan para los centros comerciales que visitan más los de Envigado que los propios de Medellín. Habrá que hacer un nuevo POT para el área Metropolitana con sus realidades, con el mensaje del verdadero hogar para la vida, acorde al medio ambiente y a la sana convivencia.
Lo que he tratado de plantear no solo afecta a Medellín sino a los otros municipios de lo llamado Área Metropolitana. Son algunas de las evidencias que uno encuentra cuando lee columnas de Darío Ruiz Gómez. Problemas causados por una planificación desordenada en busca de protagonismos y de la contratación sin filtros de opiniones ciudadanas. Mientras tanto ¿qué piensa Aníbal Gaviria?