Ramón Elejalde

Se ha vuelto costumbre durante el gobierno mediático del actual presidente, que hechos semejantes tengan una valoración diferente tanto por la opinión pública, como por los medios y por el mismísimo Gobierno.

Como quien defiende su cría, dice el Gobierno que el proyecto de ley para convocar a un referendo que permita la segunda reelección presidencial debe tramitarse, pues se trata de la voluntad popular que es preciso defender y respetar. Todo lo contrario le sucede al proyecto de ley que pretende convocar a un referendo para penalizar con cadena perpetua a los violadores, asesinos o secuestradores de niños. En este caso el ministro del Interior, Fabio Valencia Cossio ha manifestado que el Gobierno es contrario a esta propuesta. Aquí no importa la voluntad popular, aquí no es preciso respetar las firmas de los colombianos. Advierto que personalmente estoy en desacuerdo con ambas propuestas, por razones diferentes que ya he expuesto en esta misma columna. El pueblo es soberano para unas cosas, pero para otras no.

Esta curiosa interpretación de las iniciativas en comento resulta muy parecida a la que exhiben algunos amigos del Presidente al defender su reelección indefinida y criticar la de Chávez en Venezuela, o la de otros al decir que la reelección en Venezuela es buena, pero en Colombia es un error. Las reelecciones y más los cambios de la Constitución para beneficio del gobernante de turno no son buenas ni aquí ni en ninguna parte, y dan la sensación de estar transitando hacia una dictadura con apariencias de respeto a la Constitución.

Otra de esas posiciones incomprensibles del Gobierno, de los medios y de un sector de la opinión pública, es el caso de los dineros que ingresaron a campañas políticas provenientes de la comercializadora de David Murcia. DMG tiene en vilo a Samuel Moreno y a un puñado de alcaldes y gobernadores, pero nada se dice del apoyo que le brindaron Murcia y su combo a la iniciativa popular para reformar la Constitución por medio de un referendo que facilite la segunda reelección del presidente Uribe Vélez. En este caso los apoyos en especie y seguramente en dinero de DMG parecen que obtienen una bendición y se santificaron por el solo hecho de ser en respaldo del Presidente. Es historia vieja, muchos de los pecadores y aves negras del Partido Liberal, han logrado perdonar su mala vida pasada llegando al uribismo. Es una especie de rey Midas moderno y a su manera: Lo que toca lo santifica. Me parece que todos los que recibieron beneficios electorales de DMG tienen que ser investigados y esos dineros, no me cabe la menor duda, son ilícitos. Son el producto, como mínimo, de una estafa colectiva que tiene a miles de colombianos en la más absoluta miseria.  

 

Notícula.  La inocencia declarada por un juez de la República de Guillermo Gaviria Zapata es una excelente noticia para quienes somos sus amigos, pero es una terrible enseñanza para la Justicia: No pueden privar de su libertad a un inocente durante un año y al final de la jornada, cuando ya le han causado todo el daño posible, notificarle que no cometió ningún ilícito. ¡Ah!, y eso le sucedió a un parlamentario elegido popularmente. ¡Qué esperanza para los de ruana! Me alegra por Guillermo y por su familia.