El concejal de Medellín, Rubén Darío Callejas, les dijo a los concejales que votaron negativo su Proposición de invitar al Recinto de Sesiones a los ex alcaldes de Medellín, Luis Pérez y Sergio Fajardo, al actual alcalde, Alonso Salazar, y a sus secretarios de Gobierno, que deben ser coherentes con sus posiciones. Les precisó que es a todos los mencionados a quienes se les debe “reclamar”, y pedir “aclarar” y “responder” por los “supuestos pactos con la ilegalidad” para el manejo de la seguridad en la ciudad.

Dijo el concejal de Cambio Radical que por encima de su militancia política, está su compromiso con los ciudadanos que esperan que los concejales ejerzan liderazgo y control político, y que tampoco es su intención defender  “a quienes se ven implicados en acusaciones, muchas veces interpuestas por actores de la ilegalidad o de la delincuencia con el ánimo de provocar un desequilibrio institucional”, porque para eso están las autoridades competentes.

Pero aseguró que si la Corporación pidió el 24 de junio “claridad y respuestas de las Administración de Luis Pérez Gutiérrez y de su Secretario de Gobierno, Jorge Enrique Vélez” por la presunta colaboración de los paramilitares en la “Operación Orión”, debía hacer lo mismo del actual alcalde, Alonso Salazar Jaramillo, y de su antecesor, Sergio Fajardo, de quienes se ha dicho que tuvieron pactos con la ilegalidad.

Rubén Darío Callejas llamó la atención sobre la incoherencia de los concejales que votaron negativo su Proposición –y excluyó a Carlos Ballesteros, quien la votó positivamente, y a Nicolás Albeiro Echeverri Alvarán y Alvaro Múnera Builes, quienes se abstuvieron de votarla-, porque reclama a otros claridad y respuestas (Luis Pérez y Jorge Enrique Vélez) pero, frente a unos hechos de igual gravedad, no hacen lo mismo con Sergio Fajardo y Alonso Salazar, “pues bien podría afectar los intereses que realmente amarran las coaliciones en Colombia”.

El concejal de la oposición, Rubén Darío Callejas, concluyó su comunicado tiene “la suficiente entereza moral y el discernimiento necesario para entender que en aquello ‘donde cabe la misma razón cabe la misma disposición’ y no puedo aceptar, a pesar de que respeto el pronunciamiento de esa mayoría corporativa, que sí se pueda acondicionar el Concejo de nuestra ciudad como trampolín político para exigir de un lado, y pasar de agache cuando se trata de orillas políticas contrarias. O todos en la cama o todos en el suelo”.