Los episodios de Space, Asensi, Continental Towers, Bernavento, La Merced, Colores de Calasania y Babilonia han dejado una amarga experiencia entre quienes han perdido las vidas de seres queridos y han visto amenazados la integridad física y emocional, además de sus patrimonios. Sumado a estos aciagos acontecimientos, se han conocido historias de estafas inmobiliarias que incrementan la desconfianza en los constructores.
Jorge Mora, gerente de Mora Ingenieros, afirma que las exigencias que actualmente rodean al sector de la construcción de vivienda buscan generar la recuperación de la confianza. Empieza por la Ley 1796 de 2016, conocida también como «Ley Space», la cual plantea las medidas necesarias para proteger al comprador de vivienda, el incremento de la seguridad para las edificaciones, el fortalecimiento de las funciones públicas de los curadores urbanos, además de las nuevas funciones de la Superintendencia de Notariado y Registro para que ejerza una efectiva y eficiente vigilancia.
Agrega que lo ya ocurrido tanto en el Valle de Aburrá como en otras ciudades colombianas -a propósito de irregularidades en el otorgamiento de licencias de construcción, fallas en estudios de suelos y diseños y mala calidad de materiales, además de denuncias como las del concejal Bernardo Alejandro Guerra Hoyos, quien habla de cerca de 50 mil familias estafadas en Medellín- han producido veedurías y controles que necesariamente tienen que obligar a los constructores a tener mayor responsabilidad. Asegura que cumplir todas las normas y las reglas inherentes a la construcción, son un imperativo ético y legal.
Jorge Mora dice que no hay nada más vigilado por la Ley que la construcción de vivienda de interés social, que, paradójicamente, era el tipo de vivienda más expuesta, según el imaginario, a la construcción de baja calidad.
Agrega que los pagos se hacen a través de Fiducias, que son fideicomisos con reglas claras para el manejo seguro de los recursos económicos de los compradores, para evitar la estafa inmobiliaria.