La entrega de los premios «Manuel del Socorro Rodríguez» por parte del Club de la Prensa de Medellín es, por supuesto, la exaltación de periodistas y entidades destacados en el ejercicio de un oficio que Albert Camus calificó como «el más bello del mundo». Pero tiene que ser, también, la oportunidad para que los periodistas reflexionemos sobre ese oficio tan importante para el fortalecimiento de la democracia y, sin embargo, tan amenazado.
Este es un fragmento del discurso de Berenice García, presidente del Club de la Prensa de Medellín, a propósito de los difíciles momentos que sigue viviendo el periodismo, no obstante la importancia de su ejercicio libre e independiente para enfrentar el imperio de la «arbitrariedad y el miedo»:
«El nueve de febrero para el Club de la Prensa de Medellín, con la entrega de los premios Manuel del Socorro Rodríguez, siempre será propicio para reflexionar sobre el quehacer del periodismo. Primero, porque el periodista es y seguirá siendo una figura imprescindible en nuestra sociedad. Y segundo, porque hoy reconoceremos a un grupo de colegas por la extraordinaria labor que lideran, al promover con entusiasmo, dedicación y profesionalismo, el progreso y bienestar de nuestra sociedad y la democracia.
Hoy otorgaremos los “Premios Manuel del Socorro Rodríguez a colegas y medios que dejan muy en alto nuestra profesión. Todos tendrán la oportunidad de escuchar sus méritos, desde ya los abrazo y felicito.
En el Club de la Prensa creemos que el periodismo es imprescindible, por un lado, para la convivencia en una sociedad libre y, desde luego, para el equilibrio de poder necesario en una democracia.
Decirlo no es un secreto, sino un grito a voces que debe escucharse en todo el planeta: sin el periodismo desaparecería la crítica ordenada, y lo peor: caeríamos en un imperio de la arbitrariedad y el miedo.
Ya hemos visto que en las democracias se dan también los abusos y, aunque es cierto, que el periodismo independiente no los puede evitar, denunciarlos sí es una función muy valiosa y necesaria para el sostén de gobiernos libres en la sociedad.
Hoy como ayer el periodismo siempre ha vivido momentos muy difíciles, por ello el llamado siempre es a levantarnos y continuar sin querer decir que desconozcamos los hechos que lesionan la libertad de prensa y la democracia en Colombia y el mundo.
El Centro de Estudios de la FLIP ha mapeado 994 municipios del país para obtener una cartografía nacional sobre la libertad de prensa y un dato muy preocupante, es que 578 localidades tienen sus medios en silencio. Eso significa, según lo que nos explica la Fundación para la Libertad de Prensa, que, en silencio, y poco a poco, se están apagando las luces, las cámaras y los micrófonos de reporteros que renunciaron a este honorable oficio por las condiciones sociales, económicas y laborales en que trabajaban ellos y sus medios. Advierte, además, que 2019 cerró con dos periodistas asesinados por razones de su oficio: Mauricio Lezama y Libardo Montenegro.
A ello se suman las 137 amenazas, 66 casos de acoso judicial, cuatro exilios, los tres colegas secuestrados y 303 agresiones más.
También la FLIP rechaza como nosotros, las interceptaciones a medios y a periodistas y las amenazas de muerte contra la colega María Eugenia Durango, periodista de la estación radial de Ituango, la segunda emisora de pedagogía para la paz en el país, operada por la Radio Nacional de Colombia. María Eugenia tuvo que salir de esta localidad.
Nos unimos para solicitar a la Unidad Nacional de Protección (UNP) que atienda de manera urgente las necesidades de reubicación de la comunicadora en condiciones de seguridad y que además toda la sociedad rechace esta y todas las acciones en contra de la libertad de expresión que también cobija a todos los ciudadanos.
Hace un año, tres docentes de Comunicación y Periodismo de UNIMINUTO terminaron un trabajo de investigación, que confirma las diferencias que existen en el desarrollo periodístico que se ejerce en Bogotá, la Costa Caribe, Santanderes, Valle del Cauca, Eje Cafetero.
En esa indagación, quedó explícito que los periodistas regionales reciben más amenazas y censura, al tratar temas locales que impactan la nación (paramilitarismo, corrupción, minería). “Esa clase de investigaciones vuelven al periodista más vulnerable”, señala el documento.
Es indignante y grave que en una democracia permitamos y admitamos que solo existan medios para darle la razón a unos pocos y que la investigación, la crítica y el periodismo de calidad y la libertad de expresión estén amenazados. No es buena ni exitosa una democracia sin un periodismo exigente».