El reelecto representante a la Cámara por Antioquia, Óscar de Jesús Marín, considera que la mejor celebración del Bicentenario de la independencia de Colombia que puede hacer la Alcaldía de Medellín, es invertir en la calidad de vida de sus habitantes.

En Medellín hay más de 84 mil familias que carecen de algún servicio público. A diciembre de 2009, había 43.049 desconectados del servicio de agua potable, 30.291 de energía y 10.190 usuarios desconectados del gas domiciliario.

 

“La carencia de servicios públicos pone en riesgo la salud física y mental. Por eso celebremos el Bicentenario de la Independencia reconectando a esas familias antioqueñas, que disfrutarán más con los servicios públicos, que con cinco minutos de hermosos juegos pirotécnicos franceses que le cuestan a Medellín más de dos mil millones de pesos”, propone Óscar Marín.

En una ciudad como Medellín donde la pobreza y la violencia son una constante, y donde muchas familias viven en penumbras, el alcalde Alonso Salazar debería aprovechar esta oportunidad histórica para darle un buen regalo a la ciudad, que les devuelva la confianza a los ciudadanos.

Para un alcalde es muy satisfactorio entregar obras que significan un cambio considerable y positivo para la vida de las comunidades. Por ello el Congresista liberal considera que otra manera de celebrar el Bicentenario de la Independencia de Colombia es dejando obras de infraestructura física que perduren en el tiempo, y no aquellas que sólo duran segundos y se desvanecen en el firmamento.

Es innegable la belleza de los juegos pirotécnicos. Su color y brillo alegran por instantes a los espectadores, pero su costo no se compadece con las necesidades más apremiantes de los medellinenses. El acceso a los servicios públicos, a una vivienda digna y a un empleo. no puede ser privilegio de unos pocos.

“Otra forma en que la Alcaldía de Medellín podría celebrar el Bicentenario, es haciendo un aporte, por una sola vez, al presupuesto de las universidades públicas de la ciudad, para más cupos, profesionalización de docentes, grupos de investigación o aumento de la inversión en infraestructura física y tecnológica”, concluye Óscar Marín.