Por: Augusto Posada Sánchez
El próximo sábado Colombia tendrá nuevo Presidente y con ese cambio veremos partir del mando a uno de los jefes de Estado que más ha hecho por nuestro país en todos sus años de vida republicana. Al salir Alvaro Uribe del Palacio de Nariño y darle paso al nuevo mandatario, los colombianos tendremos de la seguridad de que el rumbo que hoy es tan valorado por nosotros mismos y por la comunidad internacional, seguirá en cabeza de Juan Manuel Santos.
En ocho años hemos visto una transformación de Colombia, como pocas se han dado en los países de nuestra región: Álvaro Uribe encontró una nación a la que no pocos medios del mundo calificaban como un estado fallido y lo entrega como una de los países emergentes como mayores posibilidades de futuro. Crecimos en exportaciones que se traducen en calidad de vida para los trabajadores, empresarios y para los hombres y mujeres del campo. Arrinconamos, con apoyo de la ciudadanía, a los grupos terroristas que venían fortalecidos en los últimos tiempos y al decir del general Fredy Padilla, ahora están en el fin del fin.
Sin embargo, lo que más tenemos que agradecerle a Álvaro Uribe, es que haya apostado todo, sus horas de descanso incluidas, en devolvernos la confianza en nosotros mismos y en las instituciones, paso tan necesario para emprender la senda del crecimiento económico y social.
El sábado Colombia entera saldrá a despedir al presidente que hizo que miráramos de nuevo hacia el futuro.