Por: Luis Pérez Gutiérrez
Los Corruptos deben ser enviados a la Isla Gorgona para que paguen el desangre que le hacen a la patria. Ser enviado a la Isla Gorgona era el mayor miedo y terror para los grandes delincuentes en el pasado. Hay que volver a arreglar a Colombia colocando verdaderos castigos que hagan que los delincuentes desistan de violar la ley. Enviarlos corruptos a la Gorgona sería el primer paso para empezar a matar la corrupción. Y a los miembros disidentes de las Farc que no cumplan el proceso de Paz, también deberían ser enviados a la Gorgona. El proceso de Paz ha costado mucho al país para dejarlo sin éxito.
La corrupción en Colombia excede todos los límites de lo tolerable. La gente no aguanta ver más a un país encadenado y preso por los corruptos. Están en todas partes, al acecho, para ver cómo se roban los dineros públicos. Donde hay un peso público, ahí están los corruptos. Corruptos públicos y corruptos privados. Colombia necesitan empleados públicos sin bolsillos.
La corrupción es una estrategia de muchas empresas. El 75% de la contratación en Colombia se queda en manos de 500 empresas. Ahí, en ese universo tan pequeño, hay que buscar los corruptos; o son o saben. Pareciera que la corrupción es un asunto de los poderosos. La corrupción se ha convertido en un delito de élites, y quizás por eso, las sanciones son generosas y los culpables viven cómodos en sus casas derrochando el dinero público que se han robado de lo público. Hay que buscar castigos que generen pánico a los que quieran ser corruptos, castigos severos que les haga desistir de robarse el dinero público. Si la pena es ejemplarizante, nadie más se atreverá a ser corrupto, porque sabe lo que le espera. Estar 5 o 10 años en la isla Gorgona, aislado, solo trabajando para medio ambiente y los exóticos de la fauna, la flora, los tiburones, culebras venenosas y lagartos salvajes, etc. Eso hace recapacitar y hacer mejores ciudadanos.
Todos los delincuentes le temían a ser enviados a la isla Gorgona. Era un castigo temido por todos los bandidos que le hacen mal a la sociedad.
La Isla Gorgona fue descubierta en 1526 por Diego De Almagro. El nombre de Gorgona se lo dio luego Francisco Pizarro por tantas culebras y reptiles venenosas que hay en la Isla, sumados a los bravos tiburones que rodean la isla. En 1959, el Gobierno de Alberto Lleras Camargo adquiere la propiedad de la Isla y establece el primer centro penitenciario ultra marino, a donde se enviaban los delincuentes más peligrosos de Colombia. Desafortunadamente, se fue abandonando el centro penitenciario, y el Gobierno de Belisario Betancur lo cerró en 1984. Todos los delincuentes le tenían pavor que los enviaran allá. Los delincuentes más temidos en el país los enviaban a Gorgona; el que trataba de huir, los tiburones y las culebras venenosas se encargaban de hacerlos desistir. Hay que rehacer la Prisión Ultramarina de Gorgona para ver si matamos la corrupción que odiamos con toda el alma los colombianos.
Como la corrupción se está carcomiendo a Colombia, tenemos que volver a castigos ejemplarizantes y que les hagan desistir de ser corruptos. Los presos del pasado decían que La cárcel de Gorgona era la puerta para entrar al infierno. Y como el poema del preso, allá pierde el corazón sus ilusiones, solo se respira la tristeza, y el alma no tiene sensaciones.
La Isla Gorgona como centro penitenciario para los corruptos será un primer paso para que, si no le temen a Dios ni al Estado, le teman al castigo severo de la Isla Gorgona.
En la isla Gorgona se deberán levantar a primera hora a trabajar todo el día en favor del medio ambiente y de la conservación y defensa de la Isla Gorgona y de sus animales; mantenerla como un tesoro ambiental.
Hay que buscar todo tipo de estrategias para que Colombia sea un país sin corruptos. La Isla Gorgona como Cárcel Ultramarina es la primera arma para poner a temblar a los corruptos, que al parecer hoy no le temen a nada en Colombia.