Por: Luis Pérez Gutiérrez.
La corrupción es un delito de élites, de ricos contra los pobres. Es un delito que exacerba los ánimos de la gente porque no hay castigos ejemplares. Tienen empobrecido al país en lo económico y en lo moral. Ni la ley, ni los jueces, ni la sociedad, ni el gobierno han sido exitosos en la lucha contra ese flagelo. El cáncer de la corrupción carcome a Colombia. Es lo más odiado por los colombianos. Se necesitan empleados públicos sin bolsillos y al mismo tiempo, empresarios contratistas de manos limpias.
La corrupción por sus consecuencias funestas, es peor que el terrorismo y la violencia. Altera la paz; aumenta la pobreza; desacredita al gobierno y a la justicia; corrompe la conciencia social; y envilece las esperanzas de la gente.
Todos hablan contra los corruptos, pero nadie dice cómo acabarlos. Y por eso, los castigos son como una fiesta. Viven como reyes. Y se mueven con libertad y respeto por el territorio.
Castigos Ejemplares, es lo que se necesita para acabar la corrupción. Como la gente ve a los corruptos viviendo bueno y derrochando, muchos quieren ser corruptos.
Con los corruptos no se negocia. Se necesita más justicia. Todos a la Nueva Cárcel Isla Gorgona. Merecen estar en un infierno humano. Antes, a los peores criminales los metían a la Gorgona, y como se sentían en el infierno, no volvían a delinquir. Todos los Corruptos a la Gorgona. Se necesitan castigos ejemplares. Sin privilegios. Vigilados por tiburones y culebras venenosas, Así, desaparecerán los corruptos. Cuando los corruptos respiren solo tristeza en ese infierno de la Cárcel de Gorgona, nadie va a querer ser corrupto en Colombia.
Una placa en la Isla Gorgona tiene el Poema del Preso. “Maldito este lugar… Aquí solo se respira tristeza… Aquí la vida no tiene primavera… Aquí pierde el corazón sus ilusiones”