Por: Luis Pérez Gutiérrez
La Autoridad es una virtud de la democracia, no puede faltar y hay que defenderla con amor y valentía. Cuando falta la autoridad, empieza a morir el orden y la libertad. La autoridad como virtud de la democracia no solo es la fuerza física del estado, sino también la presencia del estado; la mano generosa que lleva bienestar y justicia social.
Colombia va paulatinamente hacia el país de la autoridad muerta. La seguridad y la presencia del estado, es lánguida. Tenemos más del 70% del territorio donde NO hay presencia del estado. Y adicional, la violencia, que se tiene sin resolver desde hace 100 años, ha creado al menos siete guerras, todas diferentes y violentas, y el estado las quiere resolverlas, sin éxito, con la misma estrategia vetusta.
En las ciudades, más de la mitad del territorio está en manos de ilegales (U.N.). Las confrontaciones armadas tan diversas hacen que los ilegales sean más competitivos que los bandidos, y el efecto final, es que el Gobierno resulta incapaz de pacificar. El Estado, en varias guerras al mismo tiempo, en guerra con el ELN; con las exFarc; con el Clan del Golfo y demás bandas criminales. El estado viendo como espectador la guerra virulenta entre las ex Farc, el ELN, la segunda Marquetalia, y grupos criminales que destruyen brutalmente el medio ambiente y las fronteras. El Chocó y el pacífico sufre violencia inhumana por parte de ELN, de los nuevos ex ELN, y otros grupos criminales. El estado es solo espectador de esas guerras porque no tiene capacidad de poner orden.
El proceso de paz tampoco logró que surgieran nuevas víctimas. Desde que se inició el proceso de paz, hay 700.000 nuevas víctimas (UdeA). Pareciera que la paz y la reparación fuera solo para los combatientes y no para la gente que sufre y se desplaza por los culpables de la guerra, que siempre encuentran privilegios del estado.
Los Indígenas tienen el 24% del territorio y no hay presencia del estado. Colombia tomó la decisión de hacer país contra los indígenas, y el gobierno dejó a los indígenas a expensas de la cercanía con ilegales. Igual, Las comunidades afro reclaman en sus tierras nativas oportunidades, presencia del estado y orden público para poder ejercer sus libertades públicas.
En los 2.219 kms de la frontera con Venezuela, no hay estado ni autoridad. Solo ilegalidad, miseria, violencia sin control; la ley del más fuerte. En el Catatumbo, ni la policía, ni el ejército, ni el gobierno pueden ingresar. Se le metió ideología a la Diplomacia. Es un territorio que Colombia tiene perdido. Y en general, los 6.100 kms de zona limítrofe con Brasil, Perú, Ecuador y Venezuela y en el área del Amazonas no hay estado. O si, el gobierno de los ilegales.
Con el paro armado decretado por el Clan del Golfo, otra vez se muestra la falta de presencia de estado. Que una sola banda sea capaz de crear un caos de violencia en 119 municipios y en 11 departamentos, es una muestra muy grande de debilidad de la autoridad y del estado. Con razón Colombia y el Congo son los dos primeros países en el planeta con las bandas criminales más peligrosas del mundo.
Nos está derrotando la idea que ser ilegal no está mal y es rentable ante tanta impunidad. Y se inventan teorías brillantes para hacer creer que vale más el delincuente que la victima.
Podría estimarse que en el 70% del territorio de Colombia no hay presencia del Estado ni autoridad como una virtud de la democracia. Retrocedimos 30 años. Se perdió el derecho a vivir sin miedo.