Por: Ramón Elejalde Arbeláez
Tremendo fue el acierto del señor presidente de la República, doctor Juan Manuel Santos, en ternar a Viviane Morales Hoyos para la Fiscalía General de la Nación. Enorme el acierto de la honorable Corte Suprema en seleccionarla para ese importantísimo cargo. Tengo la absoluta convicción, como la tienen casi todos los colombianos, de que la doctora Viviane Morales hará una histórica gestión.
Es una mujer seria, responsable, dedicada, estudiosa, clara en la defensa de la institucionalidad, que pondrá siempre, por encima de las reyertas nacionales, la majestad de la Justicia y el respeto a la Constitución y a la Ley. La conocí de cerca y siempre la admiré por su rectitud, por su profunda formación jurídica y por la claridad de sus conceptos. De sus alumnos siempre he escuchado los mismos reconocimientos. Enhorabuena su designación.
Tiene la doctora Vivane un gran reto: combatir la corrupción que se ha extendido por todo el territorio nacional y amenaza con convertirnos en un Estado inviable. No puede ser, como ya lo he repetido, que en Colombia se roben impunemente cuatro billones de pesos sin que nadie sepa a cuáles bolsillos fueron a parar esos dineros. No quiero repetir frases ya dichas, pero no puede ser posible esconder tamaña cantidad de dinero sin que nadie lo perciba. Aquí aparecen misteriosamente unos servidores o ex servidores públicos riquísimos y la sociedad tiene derecho a saber cuál fue el pozo petrolero que se encontraron. Alcaldías, gobernaciones y algunos institutos se han convertido en verdaderos “parques de diversión” como los llaman algunos medios de comunicación, donde unos vivos se llevan el dinero que les corresponde a los más pobres, donde hacen fiesta con lo que es de todos. Ha dicho el Gobierno que la gravísima emergencia que padecemos por culpa del crudo invierno va a requerir unos cuatro billones de pesos. Con lo que se llevan los corruptos no necesitaríamos de emergencia económica y social. Así de sencillo.
La doctora Morales Hoyos cuenta para su vital misión con la decisión del presidente Santos de combatir la corrupción y con una Contralora, Sandra Morelli, dispuesta a pasar a la historia para resarcir la imagen de una dependencia que el señor Julio César Turbay Quintero dejó muy maltrecha. Estoy seguro de que estas dos mujeres, de formación más académica que política, pondrán a temblar a los corruptos. Seguramente se verán en la penosa obligación de hacer una cirugía interna sobre sus dependencias donde también la corrupción ha venido creciendo, lo que no es extraño a la opinión pública.
Viviane es abogada, experta en Derecho Administrativo y Constitucional, graduada en la Universidad del Rosario, donde también ofició como profesora. Estudió igualmente en la Universidad de París. Se desempeñó como secretaria general en el Ministerio de Desarrollo en 1988, fue asesora de la Asamblea Nacional Constituyente que expidió nuestra Carta Fundamental, representante liberal a la Cámara por la circunscripción de Bogotá en el período 1994-1998 y senadora de la República para el período siguiente. En el año 2006 aspiró nuevamente al Senado y no obtuvo los votos requeridos. Es autora de la famosa Ley de Cuotas, que obliga a la administración a tener un treinta por ciento de mujeres en cargos. Es también impulsora fundamental de la Ley Estatutaria de la Libertad Religiosa y ponente, entre otros, de la ley que reglamentó las acciones populares.
A la doctora Viviane, que además es una mujer muy bonita y elegante, buen viento y buena mar. Colombia lo requiere así.