Por: Jorge Mejía Martínez

Pobreza en Medellín: carencia de equidad y de ingresos. Medellín redujo en 11 puntos sus niveles de pobreza y miseria entre 2002 y 2009 – la reducción más significativa del país- pero su coeficiente de desigualdad o de Gini aumentó de 0.564 en 2008 a 0.566 en 2009, el más alto del país (más cerca de uno, mayor desigualdad), mientras Bucaramanga pasó 0.466 a 0.465, la ciudad menos desigual. Somos la sociedad local (Valle de Aburra) menos igualitaria de Colombia. Así lo estacó el último informe de Medellín Como Vamos. La desigualdad es como un círculo vicioso que se repite de generación en generación, con tres rasgos que la caracterizan: es alta, es persistente y se reproduce en un contexto de muy baja movilidad económica. Obstaculiza la movilidad social y es un lastre para el desarrollo de la sociedad. Desigual hoy, desigual mañana.

 

“En los últimos 25 años, además del bajo crecimiento y su volatilidad, la profunda desigualdad en la distribución del ingreso también ha impedido una mayor disminución de la pobreza absoluta y de la exclusión en América Latina y el Caribe. La pobreza y las brechas en materia de pobreza se explican en gran parte como consecuencia de la desigualdad distributiva, la más elevada de todas las regiones (CEPAL/SEGIB, 2006).”

Los últimos datos reportados por la Misión para el Empalme de las Series de Empleo, Pobreza y Desigualdad -MESEP- en noviembre de 2009, en Medellín y su área metropolitana la línea de pobreza para el periodo 2002-2008 disminuyó en un 22,5%, pasando de 49,7% al 38,5%. Igualmente, la línea de indigencia también se redujo en un 25,2% pasando del 12,3% al 9,2%. Se considera que estos resultados satisfactorios están en sintonía con la mayor cobertura de servicios básicos como la salud, la educación y los servicios públicos en la ciudad.

Sin embargo, la pobreza y la indigencia en Medellín y su área metropolitana siguen estando por encima del promedio de las trece principales áreas metropolitanas del país. En 2008 dicho promedio fue del 30,7% para la pobreza y del 5,5% para la indigencia, mientras en el área metropolitana de Medellín estos indicadores se ubicaron en 38,5% y 9,2%, respectivamente. En general, en las principales áreas metropolitanas del país disminuyó la incidencia de la pobreza y de la indigencia; de igual manera el coeficiente de desigualdad de GINI (excepto Medellín, Cartagena, Cúcuta, Ibagué y Montería).

La pobreza, medida en términos de quienes se sienten pobres, también sigue disminuyendo consistentemente, pero persiste la proporción de personas que han dejado de comer al menos una vez en la semana por falta de dinero, y la proporción de quienes han enfrentado situaciones de adversidad económica. La cantidad de personas vendiendo cachivaches, limpiando vidrios o repartiendo papeles y papelitos en las esquinas y semáforos, es más que frustrante.

¿Es posible hacer algo para reducir la desigualdad y con ella la pobreza desde el ámbito local?

 

Otras ciudades han demostrado que sí es posible. La ciudad tiene recursos y capacidad de convocatoria para viabilizar LA GRAN ALIANZA POR LA EQUIDAD Y LA VIDA EN MEDELLÍN. El sector privado, específicamente el sector empresarial, no puede seguir siendo un espectador de los esfuerzos cruzados por la impotencia, hechos desde lo público. Atacar la desigualdad es un gana gana para todos: empresarios, trabajadores, pobladores. La desigualdad y la pobreza alimentan la frustración y la desarmonía social. Hasta el capital se resiente.