El abogado Carlos Mario Patiño, apoderado de quien aparece en X como “Jojare”, afirma que el concejal de Medellín por el Partido Centro Democrático, Andrés “Gury” Rodríguez, insiste en vulnerar el buen nombre de su representado en contumacia, al no cumplir la orden del Juzgado de retractarse de sus afirmaciones difamatorias.
“Esperemos que no prefiera el arresto a decir la verdad”, manifiesta Patiño, precisando que el Concejal de Medellín podría estar incurriendo en Fraude a Resolución Judicial.
Trascendiendo la existencia de contumacia o no del concejal Rodríguez y el alcance judicial que pueda tener, el episodio debe invitar a reflexionar sobre el comportamiento de los políticos en torno a la defensa de sus posturas ideológicas y políticas.
Lo primero es que gobernantes, corporados y directivos y líderes políticos deberían liderar un pacto social por el respeto a la Constitución y a los principios, valores y derechos contenidos en ella, como el de la dignidad, el respeto y el buen nombre.
En ese mismo sentido, la sociedad debería enfocarse mucho más a construir audiencias críticas que se encarguen de reprochar y castigar a los injuriadores y calumniadores. Que sea una sociedad capaz de alcanzar un nivel de crítica tan desarrollado que se comprometa a verificar lo que lee, escucha y ve en las redes sociales y en los diferentes escenarios mediáticos, de tal manera que dude y proceda a confirmar, a sabiendas de la masificación de las mentiras como estrategia política.
“Es decir, estar alertas frente al altísimo nivel de mentiras sistemáticas que los españoles llaman ´bulo´, que no son más que Fake News, y que utilizan estas ´máquinas de fango´ que destruyen la reputación de las personas”, expresa Carlos Mario Patiño.
El abogado Patiño lamenta que se haya entronizado en el mundo “la estupidez como valor”.
“Estamos en un momento de la postverdad en el que yo creo que lo que conviene es hacer un acuerdo por la inteligencia. Es decir, que la inteligencia vuelva a ser un valor en la política y que, en ese orden de ideas, nos pongamos de acuerdo en construir audiencias críticas”, agrega.
Medios de comunicación como El Colombiano -explica- se han convertido en fábricas de titulares, es decir, nadie lo lee, pero un titular se viraliza por redes sociales, y aunque al interior de la noticia se desarrolle una visión un poco más mesurada del tema, con calificativos como “raro” o “sospechoso”, el daño reputacional a personas naturales y jurídicas está hecho.
“Así funcionan estas ´máquinas de fango´ capaces de construir verdades a punta de mentiras”, concluye el abogado Carlos Mario Patiño, quien asume que este es el escenario propicio para los políticos que no deben hacer ningún esfuerzo intelectual para el desarrollo de su misión, porque sólo basta con decir la ocurrencia que tenga alcance a través de los medios de comunicación, que actúan como “máquinas de fango”, o de las redes sociales, que no han dejado de ser “cloacas” propensas a la infamia propia de la injuria y la calumnia.