La Central Unitaria de Trabajadores –CUT- y el Sindicato de Rama en la Industria de Alimentos y Bebidas –Sinaltrainbec- denunciaron que Bavaria, subsidiaria de la multinacional sudafricana SabMiller, insiste en su política antisindical, mediante interpretaciones amañadas de la legislación laboral colombiana, acoso y despido de trabajadores sindicalizados y montajes jurídicos en contra de las organizaciones sindicales. Lo peor, según la CUT, es que el Ministerio del Trabajo no está cumpliendo su deber de protección de la libertad sindical.
José Luciano Sanín Vásquez, director de la Escuela Nacional Sindical, dice que no es posible que una empresa multinacional impida que sus trabajadores pertenezcan a una organización sindical, violando la Constitución, las leyes laborales y los convenios de Organización Internacional del Trabajo, en completa impunidad. Sanín Vásquez demanda acciones inmediatas por parte del Ministerio del Trabajo. Bavaria S.A., subsidiaria de la multinacional sudafricana SabMiller, parece empeñada en impedir a toda costa que en sus plantas pelechen las organizaciones sindicales, y para ello recurre a interpretaciones amañadas de la legislación laboral, al acoso y despido de los trabajadores que se sindicalizan, y a montajes jurídicos en contra de las organizaciones sindicales que han tratado de surgir, tanto de empresa, como de rama. Y lo que es peor: lo hace, sin que el Ministerio del Trabajo actué cumpliendo su deber de protección de la libertad sindical.
Así lo han denunciado directivos de la CUT Nacional y de Sinaltrainbec (sindicato de rama en la industria de alimentos y bebidas) quienes se mostraron muy preocupados, y aterrados, por los extremos a los que está llevando Bavaria su ya tradicional política antisindical.
La última manifestación de esa política se dio la semana pasada, cuando Bavaria devolvió el pliego de peticiones que presentó Sinaltrainbec en conjunto con Sintraceba (sindicato de la planta de Barranquilla), alegando razones que ambos sindicatos descalifican por amañadas. La primera de ellas es que el pliego presentado es extemporáneo, porque todos los afiliados a Sinaltrainbec suscribieron el pacto colectivo vigente en Bavaria desde febrero de 2011 hasta marzo de 2014. “Sería una pretensión exagerada, inequitativa e ilegal pretender beneficiarse de dos convenios colectivos, en detrimento de los trabajadores que continúan adheridos al pacto colectivo”, alega la empresa en la carta de motivos para devolver el pliego.
Cita también otros tres motivos: vicios de procedimiento en la presentación del pliego (que los sindicatos desestiman); que la ley laboral no consagra la negociación con sindicatos de industria; y que Bavaria tiene en trámite una demanda contra Sinaltraimbec por presuntas irregularidades en el proceso de afiliación de los trabajadores y la fundación de algunas subdirectivas.
Para Fabio Arias, Fiscal Nacional de la CUT, quien ha venido asesorando el proceso de la creación del sindicato de industria en Bavaria, los argumentos de la empresa son una “arbitrariedad monumental, incluso temeraria”, y una manera de ganar tiempo para ver cómo acabar con el sindicato. Con el agravante, según este directivo, de que el Estado no hace nada al respecto. “La SabMiller es una multinacional intocable en este país”, anotó.
Además consideró un precedente terrible el hecho de negarle a un sindicato de industria, como Sinaltrainbec, el derecho a presentar y negociar pliego de peticiones, cuando ésa en Colombia es práctica habitual en muchas empresas del sector privado.
En el mismo sentido opinó Carlos Alfonso Ortiz, presidente nacional de Sinaltrainbec, para quien el proceder de Bavaria es violatorio del libre derecho de asociación sindical (artículo 39 de la Constitución Nacional), del de negociación colectiva (artículo 55 C.N), de los convenios 87 y 98 de la OIT y de otros tratados internacionales; además de la jurisprudencia de de la Corte Constitucional, y de la Corte Suprema de Justicia, entre ellas, la más reciente de la sala de casación laboral contra la Empresa Bimbo de Colombia, que afirma que la negociación colectiva no está sujeta a ningún tipo de condicionamientos, y menos aún a la vigencia de un Pacto Colectivo.
Entre el 28 al 30 de mayo de este año se realizó una asamblea nacional de delegados de cada planta para someter a aprobación el pliego de peticiones. “Es un modesto pliego que contiene reclamaciones urgentes de mejora de las condiciones económicas y de trabajo y en beneficios de nuestras familias”, señala Carlos Ortiz, pliego que se presentó en forma simultánea a la presidencia de la compañía y a cada sucursal. Hubo problemas en la planta de Duitama, donde la gerencia se negó a firmar el recibido, lo mismo que en Bucaramanga, donde hubo que enviarlo por correo certificado. “Además nos dijeron que teníamos que enviarles las copias de las actas de las asambleas donde se aprobó el pliego y la comisión negociadora, cuando eso es de reserva interna del sindicato”.
El directivo recordó el largo historial de violaciones de derechos laborales que arrastra esta multinacional, que la colocan como una empresa enemiga del ejercicio de la actividad sindical, y que le han valido múltiples demandas.
En efecto, desde cuando en el año 2005 SabMiller compró la compañía al Grupo Santodomingo, dejó ver claramente la que sería su política sindical: de entrada exigió como condición la entrega de la compañía “saneada” de sindicatos. Lo que efectivamente ocurrió. Sinaltrabavaria, tras una lucha obrera que incluyó una huelga de más de dos meses de duración, quedó tan débil que la empresa procedió a desmantelarlo, apelando a la fórmula de los retiros voluntarios y al arreglo con los dirigentes que quedaron del menguado sindicato. Además implementó un proceso acelerado de modernización de las plantas y cierre de algunas cervecerías antiguas, lo que implicó la salida de muchos trabajadores. Hasta que finalmente Sinaltrabavaria fue disuelto y liquidado.
Desde entonces el clima laboral en Bavaria empeoró, con el desmonte gradual de todos los derechos convencionales que tenían los trabajadores del régimen anterior, la persecución implacable a todos aquellos que intentaran formar un sindicato, y la imposición del Pacto Colectivo.
El calvario de Sinaltrainbec en Bavaria
Las subdirectivas de Sinaltrainbec en las plantas de Bavaria se empezaron a conformar en febrero de 2012. Y al día de hoy lograron afiliar 75 trabajadores: 25 de ellos en la planta de Yumbo (Valle), 20 en Bucaramanga, 18 en Duitama, 10 en Barranquilla (es de anotar que en esta ciudad hay 72 trabajadores afiliados a Sintraceba) y 2 en la planta de Itagüí. Pero de ese total 5 fueron despedidos y 4 fueron presionados para hacerlos renunciar al sindicato.
Porque no ha sido fácil para Sinaltrainbec plantar presencia en Bavaria. Desde el mismo momento de la creación de las subdirectivas empezó la persecución y el amedrentamiento a los trabajadores para impedir su afiliación al sindicato, como también el despido y la presión contra los ya sindicalizados. En la planta Duitama 4 de éstos renunciaron al sindicato por presiones de la empresa, a 2 los despidieron en Bucaramanga, y en la planta de Yumbo, donde el acoso ha sido particularmente recalcitrante, despidieron a 4 trabajadores: Ricardo Rodríguez, Jaime Angulo Acosta, Ricardo Rodríguez y Jorge Eliecer Granoble. Este último es el presidente de la subdirectiva, quien por acción de tutela logró su reintegro.
“Pero me aislaron en la fábrica para que no pueda tener contacto con mis compañeros, y no continúe desarrollando actividad sindical. Todo ese acoso le ha creado un ambiente muy negativo al sindicato. Nadie se quiere afiliar, no hay garantías. Incluso los trabajadores evitan hasta arrimársele a uno por el temor a perder el empleo”, señaló Granobles a esta agencia de información.
Néstor Acevedo Ruiz, padre de 5 hijos y cabeza de hogar, con más de 20 años de antigüedad como operador de calderas en la planta de Bucaramanga, fue uno de los despedidos, el 5 de mayo. En carta que envió a la directora territorial del Ministerio del Trabajo en esta ciudad, calificó su despido como parte de la “política de exterminio sindical” implementada en SabMiller, y asimismo expresa las razones por las cuales él y sus compañeros decidieron afiliarse al sindicato:
“Por la aplicación de un pacto colectivo que no colma nuestras expectativas; por despidos sin ninguna justificación; por los continuos accidentes de trabajo como consecuencia de las recargas laborales, ya que hay labores que antes hacían 2 o 3 personas, y ahora las hace una sola; enfermedades profesionales provocadas por las malas condiciones en los sitios de trabajo; y condicionamiento de los salarios, ya que antes nos pagaban de acuerdo con el IPC más un punto, y regía a partir de enero del siguiente año. Ahora es el IPC pero el punto nos lo acondicionaron al cumplimiento de las metas, nos los pagan en bonos descontables en quincenas, que SABMiller impone a su antojo y conveniencia, y como si esta humillación no bastara, el aumento rige a partir de julio”.
Sobre todas estas anomalías e irregularidades, Fabio Arias dijo que desde hace 4 meses han solicitado al Ministerio y al Viceministerio de Trabajo que convoquen a Bavaria para que deje de perseguir al sindicato y de echar a los dirigentes sindicales, sin que hasta ahora la CUT haya recibido respuesta alguna.
Tercerización a granel
Otro aspecto digno de resaltar en este informe es que, en contravía de la política de formalización laboral anunciada por el Gobierno y los compromisos plasmados en Plan de Acción en Derechos Laborales, Bavaria sigue ahondando su política de tercerización laboral. En su página Web informa que su planta de trabajadores directos es de 4.100, mientras que los tercerizados ascienden ya a 3.500, o sea casi la mitad de su planta de personal.
Según lo denuncia Sinaltrainbec, hoy Bavaria terceriza, entre otros, los servicios de carga dentro de la empresa, el tratamiento del agua, aseo, cafetería y la mensajería, todas éstas labores misionales, porque son de curso habitual y permanente en la empresa. Antes tercerizaba mediante cooperativas de trabajo asociado, pero después del Decreto 2025 de junio del año pasado empezó a hacerlo a través de las Sociedades Anónimas Simplificadas (SAS), y no dejó de contratar con empresas de empleo temporal. Hay trabajadores que llevan 15 y más años de servicios por contrato temporal.
SabMiller tiene su matriz en Sudáfrica y el centro de dirección mundial en Londres. Para América Latina la dirección está en Colombia, donde su operación es la mayor en la región. Por eso también tomamos nota de las palabras de José Alejandro Pedraza, coordinador en Colombia de la Unión Internacional de Trabajadores de Alimentación Agrícolas, Hoteles, Restaurantes, Tabacos y Afines (UITA), quien dijo que esta federación ha denunciado en todos los idiomas lo que está pasando en SabMiller Colombia, “pero al Ministerio del Trabajo eso le resbala, y la multinacional se muere de la risa”, anotó.
Recalcó asimismo que la política antisindical de SabMiller se extiende a nivel mundial, de ahí que los sindicatos afiliados a la UITA que tienen convención colectiva en las empresas de esta multinacional, casi siempre están en conato de conflicto porque ésta ha hecho hasta lo imposible para acabar con los sindicatos. “Hasta ahora no ha podido porque se ha dado una alianza internacional a través de la UITA en el sentido de que si hay un problema en un país, en todos los países los sindicatos reaccionan”, anotó.
Una empresa con doble discurso
“Esta empresa tiene un doble discurso. Por ejemplo, tiene un código de ética en el que dice respetar el derecho de asociación sindical, y a raíz del actual conflicto laboral ha repartido volantes en los que lo recalca, pero al mismo tiempo amedranta a los trabajadores para que no se afilien y despide a los que se sindicalizan, además compra testimonios para iniciar procesos jurídicos contra las organizaciones sindicales. Es lo que ha hecho con los sindicatos que han tratado de surgir en los últimos años: a todos los ha demandado con testimonios comprados y los ha acabado”, señaló el presidente de Sinaltraimbec.
Y ni siquiera cumple con lo contenido en el Pacto Colectivo, asegura por su parte Fabio Arias, de la CUT. El Pacto reconoce el recargo nocturno después de las 6 de la tarde, pero en la práctica es después de las 10 de la noche. Tampoco respeta los horarios de horas extras. Los trabajadores deben laborar más de las dos horas extras diarias que establece la ley, hasta 3 o 5 horas más les imponen.
Bavaria en contra de la historia
Consultado por esta Agencia de Información, el director general de la Escuela Nacional Sindical, José Luciano Sanín Vásquez, conceptuó:
“No es posible que una empresa multinacional pueda en Colombia, sin recibir sanciones, en completa impunidad, realizar todo tipo de acciones para destruir la posibilidad de que sus trabajadores pertenezcan a una organización sindical, y a través de ella negociar sus condiciones de trabajo. No son legítimos, ni tienen sustento legal los argumentos de Bavaria. Es absurdo que la empresa señale que un sindicato de industria no puede presentar pliego de peticiones, y mucho menos que la existencia de un pacto colectivo impide la realización de una negociación colectiva. Permitir estas argucias equivaldría a aceptar que en Colombia la existencia de los derechos de asociación sindical y negociación colectiva están sometidos a la voluntad de las empresas”.
“El Ministerio del Trabajo debería subrayarle a Bavaria que en Colombia la libertad sindical está consagrada en la Constitución, en los convenios de OIT y en las leyes laborales, y que atentar contra la libertad sindical está sancionado con pena de prisión, según el artículo 200 del Código Penal. Y sobre todo, el Ministerio de Trabajo debe hacer uso de la facultad de sancionar a toda empresa que atente contra el derecho de asociación y negociación colectiva. Esperamos que lo haga antes de que Bavaria cumpla su cometido: destruir de nuevo la organización sindical”.