En nombre de los medellinenses que agradecen la oportuna acción de la Contraloría General de Medellín en la vigilancia de los recursos públicos, el concejal Róber Bohórquez le hace un reconocimiento al equipo del contralor Juan Carlos Peláez Serna que, más temprano que tarde, le hizo una auditoría especial al SIMPAD, dependencia en la que halló cuatro deficiencias administrativas, siete deficiencias fiscales, un hallazgo fiscal por un presunto detrimento patrimonial de 40 millones de pesos y tres presuntas faltas disciplinarias que fueron remitidas a la Personería de Medellín.
El Concejal de Cambio Radical había liderado en junio las denuncias contra la ineficiencia del SIMPAD y, en particular, de su director Camilo Zapata Wills. Había dicho que Medellín no estaba preparada para enfrentar un desastre producido por un fenómeno natural o por la acción destructiva del hombre. Fue entonces cuando Bohórquez sugirió que, cuanto antes, el alcalde Aníbal Gaviria debía poner en marcha el Departamento Administrativo de Gestión del Riesgo de Emergencias y Desastres –DAGREG-, en sustitución del SIMPAD.
El Corporado se había referido a Camilo Zapata como un funcionario que “no tiene corazón sino un motor”, e hizo parte del grupo de concejales que pidió su renuncia por considerarlo inoperante y por maltratar a sus subalternos. Como argumento informó que en los últimos cuatro años, el Cuerpo de Bomberos de Medellín había retrocedido, debido a la falta de un verdadero gerente capaz de hacer gestión.
Se refirió a tres ambulancias, a las que además del costo de compra hubo que hacerles ajustes millonarios en su interior para adecuarlas, aunque finalmente terminaran en mal estado.
Para Róber Bohórquez también era inexplicable que se hubieran invertido más de 100 millones de pesos en cinco motos de alto cilindraje para servir como soporte en atención pre hospitalaria para que, en realidad, dos de ellas se hubieran entregado en comodato a grupos particulares de Socorro y otra, de manera extraña, fuera pintada de color negro para que funcionara, al parecer, como vehículo de representación, al servicio del SIMPAD y para hacer piques en Las Palmas.
Bohórquez se había preguntado por el seguimiento que Camilo Zapata debía hacerle a las obras de la nueva Estación de Bomberos de San Antonio de Prado y a la reconstrucción de la Estación Campo Valdés, por un valor de 3.046 millones de pesos.
La auditoría especial hecha por la Contraloría al plan de “Renovación y mejoramiento tecnológico, maquinaria y equipo” del Simpad, dio como resultado un hallazgo fiscal con un posible detrimento patrimonial de 40 millones de pesos, por las inconsistencias encontradas en el proceso de adjudicación del contrato en el que se favoreció al proveedor de las ambulancias, con base en la oferta inicial y no con la más barata ofertada por el mismo proveedor, que era de 300 millones de pesos. En la compra de las ambulancias, la Secretaría de Medio Ambiente no exigió al proveedor suficiente cobertura en la garantía de calidad.
Se encontró una presunta vulneración a los principios de eficiencia y eficacia por 320.070.720 pesos, por la compra de equipos de comunicación que, desde su adquisición en 2010 a julio de 2012, no habían sido utilizados en su totalidad.
Respecto de la compra de las motos, se evidenció que la contratación no respondió a las necesidades identificadas, estudiadas y evaluadas en los estudios previos, vulnerando el principio de planeación.
Las posibles faltas disciplinarias radican en los procesos de planeación de la entidad, documentación de los expedientes contractuales, justificación de las necesidades y, especialmente, en las deficiencias encontradas en los procesos de subasta inversa, aplicados para la selección de proveedores y posterior adjudicación de los contratos.
El concejal Róber Bohórquez espera el pronunciamiento de la secretaria de Medio Ambiente, Ana Milena Joya, a quine el contralor General de Medellín, Juan Carlos Peláez Serna, notificó los resultados del informe.