Augusto Posada

Por: Augusto Posada Sánchez

Sigo absolutamente convencido de que el ahorro es el mejor camino para disminuir el déficit de vivienda en Colombia y emprender la marcha hacia la dignificación humana y social que se empieza a garantizar con vivienda propia.

En el Departamento de Antioquia, por ejemplo, donde habitan aproximadamente 6.5 millones de personas que conforman cerca de 1.5 millones de familias, el déficit cuantitativo de vivienda es de 54.668 viviendas, según la encuesta de calidad de vida realizada en 2013 por la Gobernación. De esta cantidad, el déficit en las áreas urbanas es de 28.794 viviendas y 25.874 en las zonas rurales.

De acuerdo con el mismo estudio, el déficit cualitativo, es decir, el que está relacionado con las necesidades de mejoramiento, es de 335.444 viviendas: 120.202 urbanas y 215.242 rurales.

Estos datos estadísticos son los que nos estimulan en el Fondo Nacional del Ahorro –FNA- a seguir orientando sus programas hacia la satisfacción de la necesidad de vivienda en este Departamento, como lo venimos haciendo en las diferentes regiones del País.

Hacer realidad el sueño de tener vivienda propia o mejorar con calidad y dignidad la que ya se tiene, es nuestro propósito superior. Y queremos hacerlo fácil, para que la decisión de comprar vivienda nueva o usada, construirla o mejorarla, sólo dependa del deseo de los colombianos de materializar su sueño.

Les recuerdo que obtener el beneficio de la financiación para vivienda no requiere de codeudores para solicitarla y/o aprobarla. La solicitud del crédito puede ser presentada en forma conjunta entre afiliados: padres e hijos, los cónyuges o los hermanos.

Igualmente les aseguro que no es requisito que todos los miembros del grupo familiar sean afiliados. La solicitud de financiación se puede presentar con el aporte de los ingresos del padre, o de uno de los cónyuges o compañeros permanentes, o del hijo o de uno de los hermanos, sin que los otros miembros del núcleo familiar estén afiliados al FNA.

También quiero dejar en claro que la carencia de una vivienda propia no es situación exclusiva de las familias con menos recursos económicos: existe una gran proporción de la población colombiana con ingresos elevados que no es propietaria.

Tenemos que volver a las estadísticas de 2013, que son las más recientes para Antioquia. Incluso, las estadísticas que el Ministerio de Vivienda tiene como punto de partida, son de 2012, consolidadas con datos muestrales surgidos de un trabajo con el Departamento Nacional de Estadísticas –DANE-, el Centro de Estudios de la Construcción y el Desarrollo Urbano y Regional –Cenac- y el Departamento Nacional de Planeación. Según ellas, el déficit habitacional en Colombia fue de 1’647.093 unidades, es decir, del 16,4 % frente al 27 % del censo de 2005. Según el ministro de Vivienda, Luis Felipe Henao, 554.087 unidades correspondían al déficit cuantitativo y 1’093.006 viviendas al cualitativo.

Entonces, la situación para Antioquia en hogares con mayores recursos a 2013, era del 43 % con hogares que tenía una vivienda propia, el 4,1 % la estaba pagando y el 16,3 % vivía en usufructo con permiso del propietario y el 34,8 % de los hogares vivía en arriendo.

Así que el sueño de vivienda propia no es sólo para los hogares más desfavorecidos. Y el FNA es una alternativa real para todos los colombianos, sin importar su estrato socio económico.

Todos pueden empezar a acariciar el sueño de vivienda propia o mejorar la que se tiene. Quienes decidan hacerlo, sólo deben convertirse en afiliados mediante el depósito de sus cesantías y/o a través de un ahorro voluntario en el Fondo Nacional del Ahorro.