Por: Juan Guillermo Londoño
Durante varias semanas se produjo un enorme debate en el país sobre la conveniencia o no de que el Gobierno vendiera su participación en ISAGEN. Finalmente el Gobierno del Presidente Santos se salió con la suya y en una subasta de un solo oferente vendió sus acciones a una firma canadiense.
Si para Colombia es un mal negocio, para Medellín y Antioquia es una gran oportunidad. El Municipio de Medellín a través de EPM tiene el 13% de las acciones de ISAGEN y su venta le reportaría cerca de un 1.4 billones de pesos.
Pero la gran noticia es que el Gobernador de Antioquia Luis Pérez Gutiérrez, amparado en el artículo 23 de la Ley 226 de 1995 le está reclamando al Presidente Juan Manuel Santos el 10% de los 6.48 billones de pesos que recibirá el Gobierno por este negocio, es decir unos 650 mil millones de pesos.
Este artículo señala que “El 10% del producto neto de la enajenación de las acciones o bonos obligatoriamente convertibles en acciones, con exclusión de las correspondientes a las entidades financieras, se invertirá, por parte del Gobierno, en la ejecución de proyectos de desarrollo regional en la misma entidad territorial, departamental o distrital en la cual esté ubicada la actividad principal de la empresa cuyas acciones se enajenen”.
Visto desde la perspectiva económica y como reza el dicho popular de que “no hay mal que por bien no venga”, a Medellín y Antioquia se le apareció la Virgen con esta negociación, pues los mandatarios Federico Gutiérrez y Luis Pérez tienen la suerte de contar con unos recursos extras que no estaban en sus cálculos ni en sus presupuestos.
Cabe decir que eso es en últimas hacer justicia con una región que tiene el mayor potencial hidroeléctrico de Colombia, pues Antioquia genera el 28,6% de la energía que se produce en el país, además cuenta con importantes represas como Piedras Blancas, Riogrande, Guatapé (I y II), Porce (II y III) e Hidroituango.