Vuelve y juega: para paliar la difícil situación que padece el Bajo Cauca antioqueño, el Consejo Extraordinario de Seguridad que sesionó el pasado fin de semana presidido por el ministro Fabio Valencia, tomó medidas referidas al fortalecimiento del pie de fuerza, la intensificación de los operativos militares y el desarrollo de una planta de biocombustibles asociado a la creación de una zona franca especial. El detonante fue una acción terrorista de las Farc contra la población civil del municipio de El Bagre.
Aunque son importantes las medidas adoptadas podemos afirmar –con conocimiento de causa- que no sólo resultan insuficientes sino que dejan de lado procesos sociales autóctonos, de largo aliento y construidos sin improvisar. A ellos se debería acudir para contener a los grupos ilegales y para definir estrategias futuristas para ese territorio. Pero, como novedad, crearon hace poco unos “Centros de Fusión” de los que advertimos que resultarían inoperantes y que buscaban reemplazar a los municipios y a las entidades públicas y privadas presentes en la zona.
Ahora, soslayando un análisis cuidadoso de las medidas adoptadas, implementan otras de tipo coyuntural o que sólo hacen énfasis en el papel de la Fuerza Pública. De paso ignoran –por ejemplo- el Programa de Desarrollo y Paz (PDP) o el Laboratorio de Paz, ya formulados para la región y los municipios de Valdivia, Remedios y Segovia. Éstos han contado con el apoyo de las alcaldías y de la Fundación Oleoductos de Colombia.
Esta estrategia contiene elementos integradores, pues pone el énfasis en temas como la gobernabilidad con participación ciudadana, el impulso de una cultura y una educación para la paz y de un modelo de desarrollo competitivo. Llama la atención sobre la necesidad de recoger las experiencias que en materia de convivencia, paz y seguridad han producido durante varios años las comunidades, Naciones Unidas, El Gobierno Nacional, la Gobernación, los municipios y otras entidades de todo orden. Un acumulado que resultó desestimado en los últimos certámenes del Gobierno nacional.
En materia económica se alerta sobre la necesidad de interpretar la ubicación geoestratégica del Bajo Cauca, lo que exige redoblar esfuerzos en materia de infraestructura que permita promover el sector exportador y fortalecer las ventajas comparativas, para convertirlas en ventajas competitivas.
En cuanto a la lucha contra el narcotráfico, el PDP sugiere forjar una política más integral, que permita un modelo de desarrollo a escala humana. Avala la erradicación manual de los cultivos ilícitos y propone una economía regional que optimice los recursos ambientales, hídricos, de producción agrícola, desarrollo industrial y posibilidades de inversión nacional y extranjera. Así se diversifican las fuentes de ingreso de la población, ahora atadas en buena medida al narcotráfico. A tiempo, rechaza la fumigación y pide suspenderla porque arrasa con los cultivos lícitos, lo que empobrece más a los campesinos.
El PDP también llama a ganar confianza en la institucionalidad, menguada por denuncias de violaciones de los derechos humanos y de alianzas de algunos miembros de la Fuerza Pública con bandas emergentes. Este instrumento de planeación así como la perspectiva del Laboratorio de Paz para la región constituyen hoy su mejor opción. Pero se requiere voluntad política del Gobierno y de las instituciones en general. Los alcaldes deben ser más audaces en la defensa de la propuesta y en su crítica a los paños de agua tibia que de tarde en tarde se pretende aplicar.
Esa ubérrima región demanda análisis más profundos y comprometidos, así como un mejor conocimiento de las múltiples problemáticas que alberga. A esta carencia se añade la falta de evaluación del (funesto) programa de reinserción y de los efectos del desmonte de una política de paz regional, que arrojan un saldo fatal en términos de orden público y convivencia ciudadana.
Caucasia, Nechi, Cáceres, Tarazà, Zaragoza, El Bagre, Valdivia, Remedios y Segovia deben ir encaminándose hacia una sola región ò entidad territorial, ya que solo de su fuerza y unidad depende la solución a los grandes problemas que los agobia. De lo contrario seguiremos observando el árbol pero perdidos en el bosque.
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Punto Final: Antioquia requiere una mayor contundencia en el plano nacional. Juntos haremos de nuestro departamento una región mas integrada a la nación. Apóyeme con su voto en mi aspiración a la CAMARA DE REPRESENTANTES.