Por: Balmore González Mira
Permanentemente se escucha una inconformidad creciente en la ciudadanía con el comportamiento de los bancos frente a sus clientes o cuentahabientes y usuarios. Y hasta el mismísimo Ministro de Hacienda y Crédito Público en un ataque de sorpresa poco creíble en él, salió a halarle las orejas al sector financiero; pues leíamos recientemente la buena noticia que anunciaba con bombos y platillos el Banco de la República de bajar las tasas de usura, como contribución a la recomposición y recuperación de la maltrecha economía nacional; sin embargo la extrañeza del Ministro se fundamentaba en que los pobres bancos colombianos las estaban subiendo. Y es que es propio del sector financiero en el país abusar permanentemente de una posición privilegiada que han manejado por años; no es nuevo que hayan quejas diarias de los diferentes comportamientos de los bancos, que en vez de montar servicios para el bienestar de sus clientes, cobran servicios muchas veces inexistentes, causando un malestar colectivo que golpea cada día más a quienes abren cuentas en estas entidades.
Y para ilustrar en mayor detalle lo usureros que son los bancos, están las diferentes formas que podrían denominarse como abusos o simplemente las reglas de la famosa bancarización. A muchos les ha pasado que dejan una cuenta de ahorros quieta y en vez de crecer el dinero, por unos supuestos intereses que deberían generarse en el banco, estas cada día va mermando por una supuesta administración que el banco te cobra, viví la experiencia dejando una cuenta de ahorros con unos pesos en un municipio para utilizarla cuando volviera allá, al cabo de un tiempo volví y al ir a retirar nada había, estaba a punto de deberle al banco por la administración que hacía de mi plata y de mi cuenta. Es decir, los bancos cobran por tener los dineros de la gente y prestarlos a otras personas a las cuales les cobran intereses, porque cuando reciben el dinero del cliente y le paga intereses, estos son ínfimos o inexistentes y cuando lo presta, lo hace por encima de la tasa de usura. ¡Pobres bancos!
Este insólito caso refleja el extremo de la usura bancaria y no solo es increíble, sino que hasta el mismo Ripley se sonrojaría. Un usuario fue al banco a hacer un crédito de 20 millones, el cual se lo otorgaron y le entregaron la plata con un cheque del mismo banco para cobrar por ventanilla. El hizo el cobro y cuando llegó a su casa encontró que le habían entregado no 20, sino 25, es decir, 5 millones más, en un acto de honradez, como debe ser, retornó al banco a devolver esta cantidad, cuál sería su sorpresa cuando le dijeron que tenía que cancelar el 4×1.000 de los 5 millones que estaba devolviendo. A este mismo personaje le ofrecieron en ese mismo banco otro crédito bajo unas condiciones, cuando ya todo estaba listo e iba a firmar, juiciosamente le dio por leer y encontró que le habían cambiado la tasa de interés y los plazos. Determinó no tomarlo y el enojo del gerente fue tan grande, que le han cerrado las puertas de ese banco. Con esto recuerdo un caso que me ocurrió en idénticas circunstancias y donde me tocó asumir el crédito como el banco lo determinó, con tasa y plazos diferentes a los pactados, pues ya tenía un compromiso con esos recursos y tenía que cumplirlo, sopena de incurrir en sanciones que ya había estipulado en otro contrato.
Los abusos son frecuentes y para acabar de confirmar y describir los múltiples casos de abusos, están los cobros de manejo de las tarjetas de crédito sin utilizarlas, cuando las mismas son hasta entregadas sin que el cliente las haya siquiera solicitado, bajo miles de promesas y engaños. Y ni que decir de los famosos cobros por cada servicio de retiro en cajeros y ventanillas del dinero que uno ha depositado en sus cuentas y que han usufructuada largamente las entidades financieras. Lo ideal sería no tener que utilizar para nada los bancos usureros, pero ahora es precisamente cuando más se utiliza el dinero plástico o virtual, enriqueciendo con cada transacción a los pobres bancos colombianos.