LA CASA DE LA POLITIQUERÍA
De acuerdo con una versión de Caracol Radio (31 de mayo de 2017), en la casa del inefable Roy Barreras –ubicada en el norte de Bogotá– tuvo lugar una animada reunión de la bancada del Partido de la U., desde luego con apetitosa cena incluida. La noticia podría parecer anodina, entre otras cosas porque en ese inmueble ocurren repetidos encuentros políticos, pero no puede pasar de agache porque esa noche estuvieron allí dos personajes sobre los cuales es imposible que haya indiferencia: Juan Manuel Santos y Alexander Vega (ni más ni menos que el presidente del Consejo Nacional Electoral).
PEÑALOSA, EL DOCTOR SIN DOCTORADO
Lo que parecía una ocurrencia o, simplemente algo nimio, terminó por hacer noticia: el alcalde de Bogotá, Enrique Peñalosa, aceptó que no tenía doctorado ni maestría. Sucedió el chasco para él, en un evento organizado por la Procuraduría General de la Nación, en donde estaba como conferencista.
¡AY HOMBE, NATALIA!
El 19 de junio de 2015, la inefable Natalia Springer firmó un polémico contrato (¡otro más!) con el alcalde de Valledupar de entonces, Fredys Socarrás, por la friolera de $ 1.400 millones. Su objeto en el papel era el de retribuir unos eufemísticos talleres de formación de cogestores de paz y el término que convinieron las partes para su ejecución, fue de tres meses.
¿AGONIZAN LAS LIBRERÍAS Y BIBLIOTECAS?
En este mundo, cualquier negocio se puede acabar. Es que lo que era parte de la tradición al igual que lo que parecía ser inmortal, son hoy –en muchos casos–, cenizas al viento que cedieron ante el ímpetu de las nuevas tendencias, del esnobismo, de la misma economía de bolsillo que vivimos y de la fuerza hercúlea de lo arribista. Lo que yo nunca pensé fue que muchas librerías se fueran a extinguir, incluyendo a La Anticuaria (recuerdo a su dueño, el español Amadeo Pérez, sentado en una silla vieja en la plazuela de San Ignacio), que era la opción de precio bajo para los estudiantes, la de los usados, la de los libros rayados pero no por eso menos emocionantes. Imposible que se esfumara, pensaba.
MÍNIMAMENTE MÍNIMO
Cuando uno recibe en seco la información de que Nicolás Maduro elevó por decreto el salario mínimo en Venezuela, en un porcentaje del 60%, entra prácticamente en shock. Ello, porque un incremento de esa índole solo cabe en sueños y parece salido de un callejón fantasioso y celestial.
MAGISTRADOS EN PARACAÍDAS
Nos estamos acostumbrando a los magistrados de las Altas Cortes, que no tienen trasegar ni vínculo con la rama judicial. Sigo pensando que es una bofetada a los jueces que han escalado posiciones y que han comenzado de cero, el hecho de que se ternen con frecuencia inusitada catalogados profesionales del Derecho, pero que nunca han sido jueces de la república.
FUETAZOS PARA SANTOS Y EL CONSEJO DE ESTADO
Pasmosamente, el Consejo de Estado, Sala Segunda, apenas acaba de declarar nulo el decreto por medio del cual el ejecutivo fijó el salario mínimo para el año 2016 (del 7%). En pleno marzo de 2017, se pronuncia de manera trasnochada sobre los efectos de las impugnaciones frente al aumento del salario mínimo del 2016.
PRIETO, LA ASTILLA
No ha resultado tan angelical José Roberto Prieto Uribe, simplemente mencionado periodísticamente como Roberto Prieto. Es que el actual chivo expiatorio del tema Odebrecht (pues a pesar de que “todo se supo” por el presidente Santos y su comité financiero, éstos se hacen los de “la vista gorda” y los de “la oreja mocha”), hijo del destacado hombre público Luis Prieto Ocampo y natural de Manizales, tiene mucho prontuario a cuestas. Como diría una señora del pueblo, ese señor es toda una astilla.
EN LA CASA DE ROY
Cuenta El Tiempo (jueves 16 de marzo), que a la mismísima hora en que el pasado martes el saliente vicepresidente Germán Vargas Lleras hacía el balance de la gestión de gobierno, el inefable Roy Barreras se reunía a manteles en su residencia con 45 de los 56 congresistas de La U y con Óscar Naranjo, para ser un auténtico palo en la rueda de la candidatura del nieto de Carlos Lleras.
COPETONES Y ENMARIHUANADOS
¿Un par de cervezas al almuerzo? ¿Una copa grande de vino como aperitivo? ¿Un cigarrillo de marihuana? ¿Un pasón de coca? Todo ello, parece para la Corte Constitucional ser tan inocuo, que protege a sus consumidores, de cara a una consideración laboral harto proteccionista.