Por: Edwin Alejandro Franco Santamaría
Qué caja de pandora resultó ser Roberto Prieto Ochoa, el gerente de las dos compañas de Santos a la presidencia, cada que se descubre un hecho relacionado con la financiación de las campañas por parte de Odebrecht, están involucradas las de Santos y ahí mismo sale Prieto recobrando la memoria a aclarar y a aceptar las cosas. La semana pasada, en una entrevista con Néstor Morales en Blu Radio, que tuve la oportunidad de escuchar, aceptó sin desparpajo alguno, que en 2010, la multinacional pagó 400.000 dólares por unos afiches y que él tuvo pleno conocimiento de esa situación y que ello constituía un irregularidad, eso sí, de una excusó a Santos diciendo que este no tenía ni idea de este hecho por cuanto un candidato se dedica es a conseguir votos. Dijo además, que hace más de veinte años que trabajaba con el ahora presidente, lo cual, sin duda, hace bien improbable que el candidato no supiera de dónde provenían los recursos para la financiación de la campaña, es el que el verdadero y gran gerente de una campaña es el candidato mismo.
Se supo también que Prieto fue representante de Colombia ante el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el mismo que preside Luis Alberto Moreno, y que una vez allí manifestó, para explicar por qué había llegado hasta ese cargo, que había hecho uso del derecho adquirido de haber sido el gerente de la campaña de Santos, es decir, se fue a ocupar un cargo en representación de Colombia ante un organismo de tal importancia, sabiendo que acababa de estar al frente una campaña que había desconocido normas legales en materia de financiación, sabía que había actuado incorrectamente y no tuvo escrúpulo en ir a ocupar el cargo, si por lo menos no hubiera ocupado el cargo habría comenzado a expiar sus culpas, pero no, a un personaje de semejante catadura moral, es pedirle lo imposible.
Pero fue más el jugo que le sacó al gerenciar las espurias campañas de Santos, con sus “buenos oficios” hizo nombrar del presidente en Findeter a un antiguo amigo suyo, Luis Fernando Arboleda, un banco estatal que maneja recursos anuales por 2.5 billones de pesos para la financiación de proyectos de diversa naturaleza y como por arte de magia apareció como uno de las grandes contratistas de esta entidad y con esa misma calidad alcanzó en otras entidades del estado contratos por más de 31.000 millones de pesos en cuestión de 3 ó 4 años, de los que se conoce, quién sabe con el paso de los días qué más irá mostrando la Caja de Pandora ahora que está abierta.
En el interrogatorio que rindió ante la fiscalía el presidente de la Agencia Nacional de Infraestructura, Luis Fernando Andrade, contó que se reunió varias veces con Prieto y que este “tenía interés especial en la obra Ocaña-Gamarra”, en la que tenía también interés Odebrecht, la misma que luego de los acercamientos de Prieto en la ANI recibió el visto bueno del gobierno y adiciones contractuales por cientos de millones de dólares, obra a la que Santos se ha referido como que la multinacional brasileña se “ganó en franca lid”. Cómo no. También dijo Andrade que Prieto estuvo intrigando en favor de otra multinacional brasileña y una italiana, lo que en palabras castizas en que estaba haciéndole fuerza a estas empresas para que recibieran contratos del gobierno que ayudó a elegir, haciendo de lobista, así lo niegue, y no al “no cover”, como decía el aviso en las antiguas heladerías de los pueblos al referirse a la entrada al lugar, sino que lo hacía con ánimo de lucro, todas las verdades que ha contado a medias y todo lo que cada día que pasa se sabe sobre él hacen pensar que no lo hacía porque si, sino porque tenía intereses personales en que determinadas obras fueran entregadas a esas empresas en favor de las que hablaba, ya verán que con todo lo que se está sabiendo, aparecerán las pruebas de que era un lobista pagado.
Me pregunto, qué diría su padre, gran hombre de Caldas, ese sí un señor en todo el sentido de la palabra, doctor Luis Prieto Ocampo, ex gerente de la Andi, ex alcalde Bogotá, ex embajador en Londres, ex presidente del Banco Cafetero y un largo etcétera, con las cosas del inescrupuloso de su hijo.
Y este tipo de historias en este país no acaban, por el contrario, aumentan cada vez más, siempre son los mismos con las mismas, ciertas élites son las que se hacen a los mejores cargos, a los mejores contratos, siempre hay en el medio político quien le haga la avanzada a las empresas nacionales o extranjeras para quedarse con los mejores contratos, generalmente referidos a la infraestructura, siempre hay dinero de por medio corrompiendo a diestra y siniestra y los responsables, aún cogidos con las manos en la masa, dicen que no saben nada, que no es cierto, que no es verdad, que las cosas no son como parecen, que es un persecución, que están siendo malinterpretados. Estamos cansados de los mismos, del cinismo y el descaro de estos grupos que se apoderaron hace mucho tiempo de este país. Que sigan así, creyendo que nada va a pasar, que el pueblo es ignorante y no se da cuenta y verán el susto que nos vamos a llevar con cualquier mequetrefe populista que aparezca y se convierta en gobernante de la dilapidada, esquilmada y maltrata Colombia, porque como dice un actor político, que esto se va a volver como Venezuela, tal vez no hasta allá, pero de pronto si llega alguien y pone la cuota inicial para algo así, lo curioso es que no será por el mal llamado de paz con la guerrilla, sino por culpa de los mismos de siempre: los políticos.