Por: Eduardo Aristizábal
Ya se volvió común en diferentes ciudades del país establecer el cierre de fronteras en el futbol; no permitir el ingreso a los estadios de los seguidores del equipo visitante, como una medida extrema para evitar el enfrentamiento de hinchas dentro y fuera de los estadios.
En Colombia los estadios son públicos, de propiedad del estado, administrados por empresas privadas y debían permitir el ingreso de los aficionados que quieran disfrutar de los espectáculos, especialmente el futbol profesional que es la programación más común en este tipo de escenarios. Sin embargo las circunstancias hacen cambiar las condiciones de su uso y en esto entendemos a los directivos de los equipos que hacen las veces de local quienes además hacen el anuncio de la nueva medida para iniciar una campaña buscando que regresen al estadio aquellos aficionados que se han alejado de los escenario deportivos por temor, debido a los ya comunes actos violentos. Y especialmente para que los grupos familiares que eran tan comunes en los escenario deportivo tengan la tranquilidad para disfrutar de nuevo del espectáculo futbolera en vivo y en directo, no por televisión, que no es lo mismo.
Inclusive, la División Mayor del Fútbol Colombia, éste año, ha venido realizando campañas a través de los medios de comunicación por la paz y tranquilidad en los estadios, buscando que las familias regreses a esos escenarios a disfrutar plenamente del fútbol.
No es nada raro que todos los equipos del fútbol profesional colombiano tomen la misma determinación en los próximos días y la medida se vuelva común, porque es que la situación ya está pasando de castaño a oscuro.
Volveremos entonces a épocas remotos cuando el fútbol se veía en familia, los hinchas no acompañaban a sus equipos a otros escenarios diferentes a los de su ciudad, las barras prácticamente no existían, las camisetas no se habían puesto de moda y esto puede ser una solución real.
Pero a todas estas decisiones hay que acompañarlas y las autoridades deben aplicar las normas existentes para corregir los desmanes de los aficionados, que se resumen en la Ley del deporte profesionales que hace 5 años fue expedida y que no estamos convencidos que sea la mejor, pero si está vigente, que se aplique.
La Ley 1445 de 2011 o Ley del Deporte establece que quien pretenda ingresar o tenga en su poder armas blancas, de fuego o sustancias estupefacientes; promueva o cause violencia, invada el terreno de juego o no atienda las indicaciones de los cuerpos de logística, incurrirá en una multa de 5 a 10 salarios mínimos legales mensuales vigentes y no podrá ingresar a escenarios deportivos por un periodo de entre 6 meses y tres 3 años.
Indica además que quien incite o cometa acto de agresión física o verbal sobre otra persona, o daños a infraestructura deportiva pública, residencial o comercial, podrá enfrentar multas que van desde los 20 hasta los 100 salarios mínimos legales mensuales vigentes, además de tener que realizar trabajo social. En este caso también está expresa la prohibición de acudir a escenarios deportivos por un período que puede ser de 1 y 5 años.
En esta normatividad también se sanciona con prisión de 1 a 5 años el lanzar sustancias u objetos peligrosos en estadios, canchas, tribunas o en cualquier evento deportivo, siempre y cuando dicha conducta no constituya otro delito. Cuando el objeto lanzado corresponda a artefactos explosivos, elementos incendiarios, o sustancias químicas que pongan en riesgo la vida o atenten contra la integridad personal y/o afecten los bienes o estructuras de los escenarios deportivos, la pena impuesta aumentará de una tercera parte a la mitad.
Percibe usted amable lector que se está aplicando está ley ? Es todo.