Por: Sandra Urrutia.
El Plan Nacional de Desarrollo, presentado al país por el presidente Gustavo Petro y la vicepresidenta Francia Márquez, señala el camino de Colombia, potencia mundial de la vida, hacia la Paz Total.
Este plan se constituye en un nuevo pacto para el buen vivir pues recoge el clamor de los colombianos por la justicia social, económica y ambiental. Es la primera vez en nuestra historia que los ciudadanos, sin salir de sus regiones, aportan a la creación de la hoja de ruta de un gobierno. ¡Así se construye el cambio!
Durante semanas el Gobierno recorrió el país para, a través de los Diálogos Regionales Vinculantes, generar un ejercicio real de participación y construcción colectiva. Desde el Ministerio TIC acogimos con responsabilidad y compromiso la misión de escuchar y trabajar conjuntamente con las comunidades de uno de los motores productivos de la economía nacional: Antioquia.
Estuvimos en las subregiones del Suroeste y Oriente y Nordeste antioqueño. Cerca de 10 mil personas se sumaron a ese proceso de escucha activa del que nacieron más de 2.400 propuestas asociadas a salud, generación de empleo, seguridad, educación y medio ambiente, entre muchos otros temas que son neurálgicos para los territorios. Todas esas voces, todos esos clamores e ideas, fueron la base para esta propuesta de acción para el cambio y el bienestar.
Con la participación popular identificamos las necesidades de cambio de la Colombia profunda y es allí donde entran las tecnologías de la información y las comunicaciones como factor clave, transversal y estratégico para lograr las transformaciones que el país quiere y necesita.
El potencial de la conectividad y la transformación digital como generadoras de oportunidades, riqueza e igualdad es inmenso.
Como ministra TIC tengo la convicción de que la conectividad y la apropiación y digital serán base para desarrollar e impulsar nuestra economía productiva con sostenibilidad ambiental. Por eso le apostamos en el Plan Nacional de Desarrollo al cierre de la brecha digital haciendo del Internet, las tecnologías y el sector TIC, instrumentos de desarrollo.
Nuestro faro como Ministerio TIC es la meta de conectar al 85% del país centrándonos en las zonas vulnerables y apartadas mediante acciones para el despliegue de infraestructura en busca de mejorar la cobertura y la calidad de los servicios de telecomunicaciones y el desarrollo de habilidades digitales en la ciudadanía porque de nada nos sirven los cables y antenas si no sabemos cómo sacarles provecho.
En respuesta a ello, también le apuntamos a desarrollar la sociedad del conocimiento en la que todos hagamos de Internet un instrumento de verdadera justicia social que dinamice la productividad, genere empleo y fortalezca la economía popular en las regiones.
Vamos, además, a centrarnos en nuestros niños, niñas y adolescentes garantizándoles un entorno digital seguro y acercando a ellos programas de alfabetización digital.
Las industrias audiovisuales multiplataformas, los medios de comunicación tradicionales y las tecnologías emergentes también hacen parte de esa hoja de ruta. Queremos que el país innove en la generación de contenidos que garanticen la libertad de expresión y que resalten los valores culturales de cada territorio con enfoques diferenciales.
La gran misión está ahora en manos del Congreso de la República para que, con una visión de futuro y de cambio y un gran sentido de responsabilidad, analice y debata el clamor de los miles de ciudadanos que desde cada región aportaron a la construcción de este Plan.
Nuestras más profundas esperanzas de lograr un país con igualdad las empezamos a hacer realidad entre todos con el Plan Nacional de Desarrollo: Colombia, potencia Mundial de la vida 2022-2026. Esta es una tarea para la posteridad con la que, por medio de las TIC, con la conectividad y la transformación digital, lograremos la Paz Total, porque creo firmemente que todo lo que se hace bien desde un comienzo, queda hecho para siempre.