Por: Diego Calle Pérez
En Medellín son 21 concejales y todos tienen virtudes para repetir. Algunos de ellos llegaron hace cuatro años sin imaginarse la votación con que los elegirían. Otros repiten como si la tarea no la supieran hacer y se vuelven a ubicar en el renglón del tarjetón y hasta cambian de partido como si nada. A todos ellos les emociona salir por las calles en el carro blindado y con guardaespaldas, una moto con dos policías asignados por la desconfianza que le tienen a la ciudad que dicen conocer. Los concejales de Medellín están repartidos por comisiones en las cuales tratan y desarrollan los asuntos de la ciudad billonaria en inversión por desarrollar. Pareciera la ciudad se jacta de las ganancias en su predial, industria y comercio, y la más importante la Joya de la Corona, Empresas Públicas de Medellín, ahora con sus filiales hasta en la administración de la basura.
Los concejales de Medellín son un reflejo de la ciudad. La corporación es un espacio plural donde caben todos los partidos políticos que hacen honor en su votación en elecciones. Algunos llegan mostrando su estrato social como Juan Felipe Campuzano, otros llegan a terminar estudios universitarios como Rober Bohórquez, algunos son médicos de profesión, pero les gusta más su vocación política como Ramón Emilio Acevedo y Fabio Humberto Rivera, otro salió como representante de los animales con una chapa llamativa “Pilarico” y de nombre Álvaro Múnera Builes. Santiago Martínez Mendoza el costeño locutor deportivo, milito por años en un partido y después paso a otro, se despide de la lista del concejo.
A Miguel Quintero Calle lo sacaron por hablar más de lo que pueda agrupar el partido que lo avalo. María Mercedes Mateos parece una matrona de pueblo gitano, llego persiguiendo la suerte de un concejal que se trepo para Bogotá. Carlos Bayer se la juega con su mentor y compite con votos en la misma lista que los avala. John Jaime Moncada se perfila con su sombra de Colanta. Aura Marleny Arcila tiene una bendición muy académica, parece otra más educada, es coherente y es de las pocas mujeres que representan la ejecutiva de la ciudad innovadora.
Jesús Aníbal Echeverri con su pinta de “santuariano”, se pule la barba, profesor sin ejercicio, no escribe mucho, habla duro y se retracta de lo malo que dice, es otro que repite, no quiere volver a dar clase en Medellín, la más educada, esta que no se cambia multiplicando su votación cada cuatro años. Hace pactos con diputado, el de la Junta de Acción Comunal y le gusta mucho salir por radio y en las noticias de telemedellín. Jaime Cuartas Ochoa, llego por arte de campaña, quiere repetir para tratar los temas de juventud, se siente como un apoyo al grupo del lgtbi. Carlos Mario Mejía Múnera, el “flaco”, tiene tacto político, es admirable su contexto entre los diferentes cargos que ha tenido la fortuna de ocupar. Sabe cómo llegar a los ciudadanos. Es fiel a su partido y es un gran estafeta de honor y lealtad a quien le sirve con el voto.
Oscar Hoyos, Odontólogo, poco hablo de hacerle una campaña de sonrisa a Medellín. No se le escucha para nada en las emisoras y en los reportajes, paso como si no tuviera colmillos para la política. José Nicolás Duque Ossa, Abogado no litigante ni penal, repitió de concejal pero no como para repetir y mas con los líos que se le dieron entre los partidos políticos que lo avalaron.
Jefferson Miranda Bustamante, de profesión peligro, parece bombero porque se mete en cuanto incendio prende su mentor, el concejal entra, apaga y sale como chamuscado. Roberto Cardona Álvarez un fiel representante de Firmes por Medellín, cuestiona los debates y defiende las propuestas con que llego a ser concejal. Carlos Mario Uribe Zapata, llego por su capacidad de trabajo con bajo perfil, se le escucha más en campaña ahora que quiere repetir su hazaña. Luis Bernardo Vélez, tiene una larga biografía como concejal, tres periodos y espera ser elegido cuarta vez. Tiene programa de radio con acogida y publico los sábados en la mañana. Ha pasado de verde a las maduras de ser rechazado como candidato a la alcaldía, se conforma como concejal en la lista de Federico Gutiérrez, su amigo de concejal cuando los quería mucho Sergio Fajardo.
Bernardo Alejandro Guerra Hoyos, representa el partido liberal con disciplina, participo de la consulta, ocupa el primer puesto en la lista, respeta acuerdos y reglas de partido. Su lema “cerocorrupción” es coherente con lo que controla, vigila y cuestiona en sus debates. Tiene capacidad académica y una herencia de familia que lleva con orgullo por la ciudad que reconoce en su trabajo la mejor garantía para ser de los primeros en la votación de la Corporación ejemplo en el departamento y en el país. Cada ciudadano juzgue y evalué, de todos los anteriores, ¿Cuál es tu concejal? En una próxima columna: Concejo como vamos.