“Cyrano queda así sumido en un juego escabroso que a la vez le embriaga y le angustia: escribe las cartas amorosas de su rival, le sugiere las palabras que habrá de repetir a la amada, y llega incluso en una famosa escena a hacer él mismo, aprovechándose de la oscuridad, una declaración de amor particularmente vibrante a Roxana, dejándose luego sustituir cuando la joven, fascinada, se asoma al balcón para besarle”.
Este fragmento sinóptico de la comedia heroica en cinco actos de Edmond Rostand, evocando al poeta francés Cyrano de Bergerac, se nos viene a la memoria mientras conversamos con Juan Diego Giraldo Restrepo, joven escritor de poesía nacido y agradecido con Girardota.
El tema central de la poesía de Juan Diego es el existencialismo y el cuestionamiento de todo lo que le sucede. Pero, fundamentalmente, le escribe al amor, porque además del amor filial hacia su madre que tanto admira, respeta y agradece, existe una mujer en su vida a la que ama y a quien le llegan sus poesías de manera anónima.
“Aunque ahora ella sabrá, finalmente, a raíz de esta publicación, quién es el poeta que como Bergerac a Roxane le ha escrito durante todo este tiempo oculto tras las letras de mis libros. Pero no siento miedo, sino gran alegría y mucha pasión”, ha expresado Juan Diego.
Este estudiante de 16 años de décimo grado de la Institución Educativa “Atanasio Girardot”, ha escrito dos libros: «Si en el mundo hubiera más amor, todo sería diferente» y «Alma fría». Actualmente realiza las correcciones de su tercera publicación: «Sueños de carácter». De esta manera, Juan Diego acaricia la materialización de sus sueños que nacen del deseo que desde muy pequeño ha tenido de poner en el papel, el mundo y sus relaciones, sus sentimientos, pensamientos, deseos, temores, angustias, alegrías y emociones…
Tus labios dulces y tiernos
Toda tu piel por completo
Esos ojos tan hermosos
Me han de subir hasta el cielo.
Caminaría descalzo
Por diez mil brazas de fuego
Por ti haría lo que fuera
Porque eres mi gran anhelo.
Versos de “Quisiera tenerte aquí”, escritos en manuscrito como toda su producción literaria, porque soltando el lápiz van corriendo las emociones en la medida que se asoman, porque dejando resbalar el lápiz, se van abriendo la mente y el corazón, como en estos versos de “Muero por ti”.
Hoy yo te vengo a ofrecer
Este pobre corazón
Que muere muy lentamente
Por tener todo tu amor.
Mi sangre es como un veneno
Un veneno muy fuerte
Que envenena mi cuerpo
Y envenena mi mente
Juan Diego Giraldo vive en la vereda Manga Arriba. Es buen lector de filosofía, historia y literatura universal. Su sino literario está marcado por «Ángeles y Demonios» de Don Brown.
Su vida no ha sido fácil, pues desde los tres meses de nacido sufre de Hidrocefalia. A los 4 años sufrió una parálisis facial y estuvo a punto de quedar paralítico. Pero siente que la vida ha sido buena, porque ha encontrado ángeles en su camino, capaces de espantar los demonios. Uno de esos ángeles ha sido su madre, quien se ha convertido en el ser más influyente en su vida.
Madre yo te adoro mucho
Yo te adoro demasiado,
siempre me brindas apoyo
y conmigo tú has luchado
Ángeles no siempre alados, pero hechos carne e instrumento de Dios en la tierra para servir, como siente que lo han sido el alcalde Fernando Ortiz y la secretaria de Educación Janeth Alzate, a quienes lleva en su mente, su corazón y sus oraciones porque han sido fundamentales en su carrera como escritor.
“De ellos he recibido apoyo moral, social y económico para poder publicar mis libros, y su respaldo para su lanzamiento y el desarrollo de mis conferencias”, cuenta Juan Diego.
Por ellos, por el amor, la amistad y la vida, Juan Diego Giraldo Restrepo deja como invitación a leerlo estos dos fragmentos de las poesías que más le gustan:
Sinceramente
Te amo más que a mí mismo
Por ti me iría a un abismo
Que siempre te quede claro
Con todo tu cuerpo y mente
Tú estarás aquí presente
En todo mi corazón
Y que tú eres la razón
Que tiene toda mi vida
Si tú no estás a mi lado
No me queda otra salida
Mujer hermosa
Tú desvelas mis sentidos
desvelas mi corazón,
me desvelas por completo
por ti yo muero de amor.
Todo mi ser y mi mundo
todo mi gran existir,
doy todo lo necesario
con tal de verte feliz.
Sin ti el sol no brilla nada
yo me quedo sin consuelo,
por ti yo doy lo que sea
por ti yo subo hasta el cielo.
Juan Diego le agradece a Girardota, a sus dirigentes, a su gente, a su madre, a la mujer que adora desde atrás de la luz incandescente de sus versos y a Dios, y espera que su poesía sea un aporte grande a la amistad, al amor y a la paz.