Por: Rubén Darío Barrientos G.
Estima un lector de la página web de la F. M., de esos apetecidos que escriben comentarios sensatos en los sótanos de las noticias (y no las groserías que acostumbran lanzar casi todos so pretexto de identidades apócrifas y seudónimos ramplones), de nombre Hernando Meza Osorio, con referencia al hecho de haberse dejado en libertad transitoriamente a los fleteros que fueron capturados en Medellín en el publicitado y viral asalto a los ocupantes del vehículo Clío EXC-733, que “No debería extrañarnos si el violador de la niña Samboní sale en libertad o le dan casa por cárcel, porque no fue capturado en flagrancia”. Esto que parece un chiste flojo, tiene trasfondo porque muestra la insensatez de muchas decisiones, entre las cuales analizaremos más adelante una: la que ocurrió precisamente en el norte de Medellín.
Vamos por partes. Lo primero es decir que el megaoperativo de persecución que se hizo bajo la batuta del alcalde de Medellín, tuvo visos de sensacionalista, porque aquí todos los días se presenten casos de fleteo (de acuerdo con los propios videos y fotos que circulan por doquier) y apenas en este evento particular se hizo un ruido de una magnitud inusitada, todo un megaoperativo, con 200 policías a bordo, 15 grupos de la unidad contra atracos de la Sijin y un Federico Gutiérrez trasnochado. Por algo, El Colombiano, desde su sala de redacción y en páginas editoriales, se preguntó: “¿El punto de quiebre que busca el alcalde Gutiérrez contra la delincuencia implica sobreexposición en redes sociales?”. Eso hubo, realmente. Aquí se encartó el burgomaestre porque no tendrá disculpas para los otros casos de fleteo, que quedan impunes, en donde hay cero pantalla gubernamental.
Lo segundo es que los gremios de Medellín se mostraron desmoralizados y desmotivados por la libertad inicial que se les dio a dos de los tres presuntos fleteros, del caso de marras. Recuérdese que el alcalde de Medellín dio la noticia con bombos y platillos sobre su captura record, uno de ellos con detención domiciliaria (alias Kevin). Había otro más, que estaba en minoridad. Y el restante era alias Chómpiras. Pues bien, Federico Gutiérrez entregó posteriormente la información alentadora de que se había producido la recaptura de los dos presuntos fleteros y que el menor de edad implicado había sido llevado a un centro de rehabilitación especial. No haberlos detenido en flagrancia fue la torpe razón para dejarlos en libertad mientras se cumplía la audiencia de legalización de captura e imputación de cargos.
Lo tercero es que no compartimos con el juzgador el haberlos dejado de patitas en la calle por unas horas, dadas las siguientes razones: a) Fueron entregados los tres presuntos fleteros en asocio con el video en que se aprecian algunos rasgos físicos, las tres motos, dos celulares recobrados de las víctimas y dos anillos recuperados de los propios afectados. ¿Quedan dudas de que ellos fueron los del ilícito?; b) El artículo 301 del Código de procedimiento penal, en su # 4 dice que “se entiende que hay flagrancia, cuando la persona es sorprendida o individualizada en la comisión de un delito en un sitio abierto al público a través de la grabación de un dispositivo de video y aprehendida inmediatamente después”. ¡Claro que aplica! Video más aprehensión posterior (no in fraganti); c) Estar unos personajes deambulando calles para atrapar a sus víctimas, ¿no constituye la tan cacareada frase de “ser un peligro para la sociedad”?.
Al margen de lo anterior, algunos abogados vienen conceptuando hace rato que el problema de fondo frente a la delincuencia es no tener centros penitenciarios suficientes y adicionales a los que existen hoy. Sobre esto, el jurista y exprocurador José León Jaramillo ha sostenido que “hay que montar son industrias carceleras, en donde los presos sean obligados a construir carreteras y obras civiles, como lo hizo en su momento en Venezuela el presidente José Vicente Gómez y como lo llevan a cabo exitosamente en varios países y no pensar más en las disculpas de las congestiones y los hacinamientos carcelarios que producen libertades inexplicables”.