Por: Ramón Elejalde Arbeláez
Las opiniones expresadas en esta columna, son responsabilidad de su autor
El proceso electoral que desarrolla Colombia para elegir presidente de la República está lleno de sorpresas. Los candidatos que mejores y calificadas propuestas ofrecen en los debates realizados en la televisión nacional y en la plaza pública, son los últimos en las encuestas y obvio, quienes encabezan las encuestas son los más pobres en programas.
Rafael Pardo, Germán Vargas y Gustavo Petro han sido señalados luego de todos los debates televisivos, como los más sólidos y serios candidatos. La opinión es general. Esa realidad no se ha visto nunca reflejada en las encuestas. Nunca han pasado del 9%. Inexplicable e interesante el fenómeno.
Podría uno entender que esta dicotomía del pueblo colombiano obedece a que se mueve más por emociones que por propuestas. O que definitivamente se cansó de la politiquería y de la corrupción y optó por una opción distinta, que brinde una oxigenación a nuestra democracia. Puede ser y de allí surge la candidatura de Antanas Mockus, que indudablemente refresca la política nacional. Del otro lado quedan el santismo y el Partido Conservador, que recogen algo del establecimiento que quiere perpetuarse en el poder. Porque la realidad es que parte de ese establecimiento también se trasteó para la Ola Verde, harta con muchas cosas. Mockus y Santos hablan poco, seguramente buscando cometer el menor número de errores, de hecho el primero ha cometido muchos y la opinión pública se los ha perdonado. ¿Estará dispuesta a perdonarle más yerros en la campaña? Santos, fuera de su silencio, es frío, distante, seguramente por su encumbrada posición social. Algunos de sus cercanos, afirman los periodistas bogotanos, parecen molestarse cuando se untan de pueblo. Noemí Sanín y su partido han cometido tantos errores que inexplicablemente todavía presentan resultados de dos dígitos en las encuestas: Lo primero que hizo el Partido Conservador una vez conocidos los excelentes resultados de su consulta fue dividirse. Los ganadores y algunos perdedores cerraron filas en torno a la candidata. Los perdedores o tomaron las de Villadiego o asumieron la conocida posición de brazos caídos. Esas circunstancias llevaron a Noemí a cometer errores en la plaza pública y en el primer debate televisivo, al enfrentarse por temas frívolos con Juan Manuel Santos. Ahora tratan de recoger la pita. Andrés Felipe Arias retira una demanda que por calumnia había elevado contra la candidata, asume una posición que debió fijar desde el 14 de marzo pasado y todo tiene un objetivo: recoger el conservatismo para filarlo en la segunda vuelta, sí la hay, a favor de Juan Manuel Santos. Me temo que es una acción tardía, por el daño que le causaron al Partido y los resentimientos que quedaron entre los dirigentes y militantes. Aquí, como con un posible entendimiento con el liberalismo, los santistas volaron los puentes. Así es, los puentes con el liberalismo los ha dinamitado Rodrigo Rivera, al tratar de sonsacarse a algunos dirigentes. Esa labor de zapa, odiosa y perversa tiene a muchos liberales en estampida para la Ola Verde con el fin de hacerle daño a sus victimarios.
Mal manejados los hilos del santismo. Juan Manuel llegó a la candidatura por suerte y manejos hábiles, ya que el doctor Álvaro Uribe se dedicó 7 años a fraguar sus reelecciones y no a presentar y formar opciones serias que lo sucedieran. Los movimientos de última hora les han resultado torpes y hasta el momento, negativos. Tienen, indudablemente, un regular candidato. Un candidato vulnerable, como lo afirmó acertadamente Carlos Holguín Sardi.
Por supuesto que los liberales no estamos en el mejor de los mundo. Con un excelente candidato, serio, ponderado, conocedor de la problemática social y económica que tiene Colombia y, sin embargo, no repunta en las encuestas. Esta semana escuché a Rafael Pardo en una entrevista con Paola Ochoa en Caracol sobre temas económicos y al final de la misma me pregunté qué estaban pensando los colombianos cuando desechan un candidato tan competente, un verdadero estadista.
Notícula. La Coordinadora Regional de la oficina de Acción Social de la Presidencia de la República en Antioquia le anunció a todos los enlaces municipales de esa dependencia, hace algo más de un mes, que los subsidios de Familias en Acción se cancelarían después de elecciones. Este lunes volvieron a llamar a todos esos enlaces para notificarles que los más de 3 millones de beneficiados recibirían sus subsidios entre el 6 y el 18 del presente mes. ¡Lo que pueden las encuestas!
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