Por: Luis Pérez Gutiérrez
El 4 por mil es un impuesto infame, odioso, mortal para la clase media y aceita la informalidad de la economía que está matando a Colombia.
El Presidente Santos prometió acabar el 4 por mil. Fue una promesa esencial que se hizo para desequilibrar las encuestas en un momento difícil de la campaña. Y la ciudadanía recibió con alborozo la propuesta de supresión de ese gravamen perverso que paraliza la actividad financiera y estimula el mercado negro de guardar el dinero bajo colchones.
El Presidente Santos fiel a su talante liberal de suprimir impuestos ignominiosos, llevó al congreso la eliminación paulatina del 4 por mil. Toda la gente está ansiosa que a partir del 1 de enero de 2014 se rebaje ese impuesto al 2 por mil y así hasta que se elimine total en el 2018.
Ahora salen algunos dirigentes, y extrañamente según Colprensa, también el Ministro de Hacienda, a pedir que no se elimine al 2 por mil y que ese impuesto siga intocable. Y para conservarlo sacan nobles propósitos para el Agro que nunca se han cumplido en el pasado.
Los dirigentes de la Unidad Nacional están para ayudar a la reelección de Santos y no para hundírsela. No cumplir con la eliminación del 4 por mil es un atentado a la imagen del Presidente Santos y puede ser una herida mortal a la Reelección. Es asimilarlo a la imagen del político alcabalero que la ciudadanía odia desde épocas feudales y que están en vía de extinción.
En 1988, el Candidato a Presidente de EEUU, George Bush garantizó con vehemencia que NO subiría los impuestos. Su frase de campaña era: “Leed mis labios: No a nuevos impuestos” (“Read my lips: No New Taxes”). “El Congreso me empujará a subir los impuestos y yo diré que no” manifestaba a los 4 vientos. Ya como Presidente Bush creó nuevos impuestos en 1990. Grabaciones de Bush pronunciando esa frase fueron utilizadas por sus oponentes para ridiculizarlo y derrotarlo en la campaña electoral de 1992. Es de los pocos Presidentes de EEUU que no fue reelegido.