Por: Luis Pérez Gutiérrez

El orden público urbano se ha deteriorado de una manera dramática. Los ilegales se mueven a sus anchas en medio de la muchedumbre. Los gobernantes más que autoridad parecen comentaristas de las fechorías de los bandidos; no solucionan el conflicto, solo lo comentan. La mano del Estado se ha vuelto débil y discapacitada.

Y la agonía de la legalidad se detecta primero en el Centro de la Ciudad. Como ningún otro espacio urbano, es el más importante y es el punto de encuentro de toda la ciudadanía no importando su condición social. Y por eso debe cuidarse con esmero.

Pero por aquí, el imperio urbano de los ilegales en el Centro de la Ciudad da escalofrío.

Todos los comerciantes pagan vacunas. Y hay tanta impunidad, que los ilegales dan recibos numerados. Y Como en Medicina, pagan vacuna por el día y pagan vacuna por la noche. Hay más de 42 subbandas empresarias de las vacunas.

Visitar el Centro es exponerse. O lo atracan, o lo lastiman. Es una odisea salir victorioso de una visita al Centro de la Ciudad!

 

Por el Parque Berríos, hay bandas de mujeres, Las Machurrias, que atracan a diario en la cara de las autoridades. Cerca, otra banda de hombres atraca a quienes toman el Metro, a la luz de todos. En la Avenida Oriental está la banda de los Retrovisores. Cuando un conductor para en un semáforo le arrancan de un manotazo los espejos. Si un ilegal comete una fechoría a ojos vistos y huye despacio y tranquilo, es porque tenemos autoridad decadente.

Tiene el Centro sus espeluznantes Casas de Terror.  Según la Corporación C3, a las Casas del Terror llevan a quienes no pagan vacunas o no pagan el uso del espacio público o a quienes tienen deudas pendientes con particulares. Allí los torturan hasta que cedan. Qué horror!

El espacio público del Centro está bajo propiedad y control de ilegales. Y lo alquilan. Cada semáforo tiene dueño y precio. Los más congestionados valen más que otros. Cada Ventero ambulante paga, y ese pago es el permiso para operar como Ventero, no importa si la Alcaldía está de acuerdo o no.  Ventero que no pague no puede trabajar así tenga permiso oficial. Las bahías de los taxis tienen precio y dueños, los taxis que no pagan deben seguir derecho.

Las prostitutas de La Veracruz y de otros lugares pagan por metro cuadrado de espacio público utilizado para promocionarse y encontrar su necesitado amor callejero. La venta de droga es escandalosa, con plena libertad.

En el bello Parque Botero atracan fácil a los extranjeros, muchos no querrán volver. En la Plaza de la Luz han violado mujeres al salir de su trabajo. Allí, en la noche viven rufianes que, a diferencia de Pedro Navaja, a ellos si se ve les brillar el arma por la poca luz que queda de la Plaza de la Luz.

Hay zonas del Centro donde no roban, no atracan, hay paz aparente. La razón es muy sencilla: son zonas controladas por particulares en ausencia de autoridad. Aterrador!..

El Centro se ve sucio. Ante la mugre urbana, particulares hacen brigadas de aseo; hasta en eso falla la institucionalidad de la alcaldía. Muchas personas tristemente durmiendo en las calles, lo cual es el coctel de pobreza extrema mezclado con falta de gobierno.

Y hay mucho más. La ineptitud del gobernante está convirtiendo el Centro de la Ciudad en un Infierno Urbano. Hasta al Alcalde lo pusieron a correr.