20 hinchas heridos y un policía igualmente afectado en su integridad física fue el resultado de los desmanes protagonizados este jueves, 26 de septiembre de 2024, en el estadio Atanasio Girardot, donde se enfrentaban el Junior de Barranquilla y el Nacional de Medellín. Este viernes, 27 de septiembre, continuaban en centros hospitalarios tres de los civiles y el uniformado heridos.
Por supuesto, el partido fue suspendido después del minuto 53, cuando empezaron los actos violentos, supuestamente cuando el futbolista del Atlético Nacional, Marino Hinestroza, hizo el segundo gol de la jornada. Sin embargo, el secretario de Seguridad y Convivencia de Medellín, Manuel Villa Mejía, dijo que el enfrentamiento empezó por la supuesta provocación de los hinchas del Junior a los hinchas del Nacional.
Algunas de las personas fueron heridas con arma cortopunzante y otras producto de caídas desde la parte alta de las graderías.
El Secretario de Seguridad anunció medidas drásticas como sanción a los hinchas participantes en esta violenta acción antideportiva.
El exconcejal de Medellín y Director de Pálpito Social, Luis Bernardo Vélez, dijo en ClickCracia y en Sinergia Informativa que este hecho es el resultado de las presiones sociales que se vienen dando en la Ciudad, a las cuales la administración de Federico Gutiérrez no le ha prestado la suficiente atención.
El Exconcejal recuerda que desde hace 20 años se vienen realizando reuniones preventivas con los diferentes actores para garantizar la seguridad y la tranquilidad en el estadio, especialmente en encuentros que se consideran de riesgo como el de este jueves. Luis Bernardo Vélez afirma que, evidentemente, hubo falta de control por parte de la Secretaría de Seguridad y Convivencia de Medellín y de la Policía Metropolitana del Valle de Aburá.
Este hecho demuestra como la violencia se ha venido tomando la ciudad de Medellín, sin asomo de control policivo directo de las autoridades competentes, de control político del Concejo de Medellín y de control disciplinario de la Personería de Medellín que, según Óscar Montoya, líder Social de la Ciudad, siguen brillando por su ausencia como consecuencia de la genuflexión a la administración de Federico Gutiérrez.
Para nadie es difícil entender que el fútbol debe ser una fiesta en paz y de cultura. Pero cuando el consumo de licor y alucinógenos precede el ingreso de algunos hinchas, sumado a la falta de control en el ingreso al estadio, tampoco es difícil comprender que el resultado potencial es el ocurrido este jueves, empañando esa fiesta y volviendo el fútbol a la característica de actividad generadora de violencia.