Por: Alfredo Ramos Maya

Cuando se estudia con detenimiento el presupuesto de inversión que el gobierno Santos tiene proyectado para el año 2015 en Antioquia, se ve claramente que frente a las cifras más importantes, el actual Gobierno es un solapado verdugo con el departamento.

Antioquia está en el honroso último lugar en el presupuesto de inversión per cápita para el año 2015, con un total de $524 mil.  Entre tanto, como promedio nacional se invierten $798 mil pesos por persona, es decir, los antioqueños recibirán 35% menos que el resto de los colombianos.

Cualquiera pensaría que la inversión del presupuesto nacional en los diferentes departamentos se debería hacer basada en las necesidades básicas insatisfechas (NBI).  Pues esto no es así. El departamento de Antioquia no es el que menos necesidades básicas insatisfechas tiene a nivel nacional, pues de 32 departamentos ocupa el puesto 25 en el escalafón nacional de NBI.  Esto es, existen 7 departamentos con mejores indicadores que Antioquia en esta materia.  Y si no tenemos en cuenta las cabeceras municipales, en relación al mismo indicador Antioquia aparece decayendo en el puesto 21 entre los 32 departamentos.

 

Pensaría uno que otra manera por la cual se decide la inversión del gobierno nacional frente a las regiones podría ser el promedio per cápita del PIB departamental.  Antioquia aporta algo más del 13% del PIB nacional y a cambio recibe apenas el 8% de la inversión.  Y llevado a términos per cápita, Antioquia llega a ser la séptima en la economía del país.  Aún así, es el último de los 32 departamentos en inversión del gobierno nacional en Colombia.

En el fervor electoral y con el ánimo de buscar votos, el candidato Santos hizo varias promesas en Antioquia, de las cuales haremos un análisis juicioso sobre su inclusión en el presupuesto de 2015.

Primero, se comprometió con 120 mil millones de pesos para evitar el pago de  valorización del Túnel de Oriente.  Hoy, no existe un centavo incluido en el presupuesto del 2015 para ese efecto.

En otros temas de infraestructura, existe un rubro por $126 mil millones de pesos para “vías de la prosperidad”.  Pero el gobierno ha venido insistiendo desde hace un buen rato que invertirá $26 billones en obras para Antioquia.  Esto es, el monto de inversión para 2015 corresponde al módico 0,5% de las promesas de campaña.  Y para rematar, la Transversal de las Américas en Urabá no tiene un peso asignado en el presupuesto del próximo año.

De otro lado, el tan anunciado desarrollo del proyecto de navegabilidad del río Magdalena, no ha pasado de ser una licitación adjudicada hace unos pocos días tras cuatro años de promesas de inicio.  Este proyecto aún no tiene cierre financiero, es decir, no se ve en el corto tiempo como una realidad, pues no se sabe de dónde saldrán los recursos.  Esto, sin tocar observaciones técnicas muy serias que se han hecho sobre la falta de viabilidad de este proyecto, tema que profundizaremos en posteriores estudios.

En tema de minería, la promesa de Santos fue la formalización de tierras para mineras informales, para lo cual no hay presupuestados recursos.  Pero si vamos al fondo, lo que verdaderamente se necesita es agilizar los procesos de legalización y otorgamiento de títulos mineros a cargo del Departamento y la Nación, por encima de una formalización de tierras que no ha sido la problemática en cuestión para este sector.

En vivienda, se prometieron 300 mil casas gratuitas para Colombia, sin especificar cuántas serán en Antioquia, y lo más grave es que no existen recursos asignados para ello en el presupuesto del próximo año.  No las hay para las de todo el país, menos para las del Departamento.

Alardea Santos sobre la educación como uno de los pilares de su nuevo gobierno, y se pensaría en una gran inversión en este tema.  Lo que sucede es que jamás se acabará con la inequidad de la educación rural cuando apenas se ha destinado una irrisoria inversión de $545 millones de pesos para Antioquia.

Santos prometió también brindar seguridad social y salarios a ediles y miembros de las juntas de acción comunal.  En Antioquia existen 5.500 juntas y no aparece ningún rubro presupuestal para tal efecto.  Y no se vislumbra intención alguna para incluirlos en el futuro.

Ahora bien, no sobra recordar que tuvimos 4 años de una parálisis absoluta de las grandes obras del Departamento (tales como el Túnel de Oriente y Autopistas de la Montaña).  El retraso en la inversión del gobierno nacional en Antioquia viene acumulada y creciendo.

Para la poca asignación de presupuesto para Antioquia no existe una sola razón técnica puesto que no es el indicador de necesidades básicas insatisfechas ni es el aporte al PIB los que determinan el último lugar en inversión.

La pregunta concreta es ¿cuál es el motivo para que Antioquia salga tan mal librada cuando santos repartió los dineros del presupuesto?

Algunas luces podrían dar las palabras del entonces Candidato Juan Manuel Santos el pasado 27 de mayo, cuando en declaraciones a la radio dijo estar “sentido con Antioquia, por los resultados electorales de la primera vuelta”.

No faltaría más que por hechos electorales se sacrifique el bienestar de todo un pueblo que tanto aporta al país. Será que Santos es capaz de tratar con justicia y equidad a Antioquia. Ésa no parecería ser la conducta de un mandatario que dice querer la reconciliación y la paz.