Por: Edwin Alejandro Franco Santamaría
Durante la semana que acaba que pasar, para muchos de vacaciones, para otros de reflexión, para otros tantos de entrega casi total a las celebraciones religiosas, y para otro número, de todas estas actividades juntas, creo que logramos olvidar, a causa de las anteriores actividades y así haya sido por unos pocos días, todas las vicisitudes por las que atraviesa el país por estos días: la inminencia de un racionamiento de energía (dicen que el racionamiento es un hecho, que cuando se llegue la hora del anuncio de tal medida, el gobierno va a decir que como los colombianos no ahorramos lo suficiente no queda más remedio que el apagón, cuando la realidad es que por las medidas no tomadas a tiempo a quienes les correspondía, léase gobierno y la Comisión de regulación de energía, esto se veía venir hace rato); el anuncio de las Farc de que todavía hay “diferencias importantes” en algunos “temas de fondo” con el gobierno; el incremento del desempleo y otras varias que es mejor no mencionar, y sin lugar a dudas otra de las circunstancias que a ello contribuyó fue el regreso de las fechas de las eliminatorias a Rusia 2018, en las que la selección nacional, el pasado jueves santo, en La Paz, Bolivia, en un partido que nos causó muchas angustias, le ganó al equipo de ese país con un resultado de 2-3. Que recuerde, no habían coincidido partidos de una eliminatoria a un mundial con los días santos del año, pero este hecho le dió a esta semana un aire especial, pues al lado de la necesaria reflexión, asistencia a celebraciones religiosas y días de descanso, se presentó un acontecimiento deportivo de bastante acogida entre los colombianos, como lo fue el partido de fútbol mencionado, que para fortuna nuestra fue con un resultado a favor. Digo esto con mucho respeto, pues escuché voces que dijeron que cómo se les ocurría a los organizadores de estas fiestas deportivas fijar estos partidos en épocas de fiestas religiosas, que esto era un pecado. Personalmente. no veo que una cosa riña con la otra y muchísimo menos veo pecado en la realización de un partido, hecho este que une a las personas con el mismo fervor que éstas se juntan para un acto religioso. Este martes continúa el calendario con miras a la clasificación al mundial de Rusia 2018, en esta ocasión la selección se enfrenta a la de Ecuador, actuaremos de locales y seguramente se sacarán otros 3 puntos, que son de mucha valía para la consecución del objetivo final.
Todos recuerdan que Luis Bedoya, quien fuera presidente de la Federación Colombiana de Fútbol, el año pasado, a raíz del escándalo de corrupción que descubrió la justicia norteamericana, en la que resultaron implicados miembros de la Fifa y presidentes de muchas federaciones de fútbol en el mundo, se entregó a la justicia de Estados Unidos para responder por los delitos que había cometido y a virtud de los cuales recibió varios millones dólares y hoy, todo indica, está preso pagando por sus delitos, fue quien más fuerza hizo para que a Colombia llegara un técnico extranjero a dirigir la selección y sin lugar a dudas una de las mejores cosas que hizo, de las buenas claro está. Técnico éste que a pesar de las críticas que todavía le llueven, no obstante haber sido el que más ha conseguido con una selección Colombia en un mundial de fútbol, es, junto con los jugadores, el responsable de la felicidad de la semana pasada y seguramente de la de este martes.
A pesar de la corrupción de la dirigencia del fútbol colombiano (que funciona como un partido político), debemos seguir apoyando a la selección y a su técnico, que como lo he dicho en otras ocasiones, es la que nos hace olvidar de tantas cosas y nos genera tantas, pero tantas alegrías.