Por: Margarita Restrepo.
Los uribistas estamos acostumbrados a trabajar en medio de las adversidades, a no rendirnos ante ellas, a crecernos frente a los ataques y a no dejarnos amilanar cuando nuestros enemigos intentan mancillar a nuestro líder, el presidente Uribe.
Ganamos en 2014 cuando la maquinaria reeleccionista hizo hasta lo imposible para atajar a nuestro candidato de entonces, Óscar Iván Zuluaga. En 2016, contra todos los pronósticos y enfrentando a la ‘mermelada’ oficialista, a los medios de comunicación tradicionales, a los ataques más bajos posibles -se nos acusó de ser enemigos de la paz-, nos impusimos en el plebiscito. Tanto en el 14 como en el 16, el gobierno de Santos se robó el resultado.
Vinieron las elecciones de 2018, cuando elegimos abrumadoramente al presidente Iván Duque a quien le tocó gobernar en medio de la más insospechada dificultad. A pesar de la tragedia de salud pública que se extendió por todo el país, el presidente ha podido sacar adelante buena parte de su programa de gobierno, sin haber descuidado aspectos tan importantes como el crecimiento de nuestra economía el cual llegará al 8.5% al finalizar el año.
En mi columna de la semana pasada hacía referencia a la elección del candidato presidencial del Centro Democrático e invitaba a todos los militantes de nuestra colectividad a rodear a quien resultara ganador.
Renuevo mi convocatoria. Colombia hoy, más que nunca, necesita de un uribismo unido y fortalecido. No pretendo ser pretenciosa, pero tengo la certeza de que somos el único partido capaz de impedir el advenimiento del necomunismo. Sin nosotros, Petro y sus compinches tienen el camino despejado. Así de claro.
Quiero ratificar mi respaldo a Óscar Iván Zuluaga. Desde que anunció su intención de buscar la candidatura presidencial, me sumé a él porque creo que es el dirigente que necesita el país. Un hombre con experiencia, probado en distintas áreas, fiel a unas ideas y respetuoso de la disciplina partidista.
Así mismo debe reconocerse el maravilloso trabajo de María Fernanda Cabal. Ella, con disciplina, coherencia y una formidable capacidad de trabajo, logró convertirse en la voz de miles de militantes del Centro Democrático. Sus propuestas y planteamientos necesariamente deben ser tenidos en cuenta a la hora de elaborar el programa que el Centro Democrático someterá a consideración de los colombianos.
Vamos a ganar. De eso no nos puede quedar ninguna duda. Somos un partido vigoroso y con unas ideas sólidas. Tenemos que hacer una gran campaña que congregue a las mayorías de colombianos defensores de la libertad y de la democracia. La historia nos ha demostrado que cuando estamos unidos, ganamos. Esta vez tenemos que repetir la fórmula, por el bien de Colombia.