El Plan de Desarrollo de Bello fue enviado al Consejo de Estado para que determine la posibilidad de que éste sea adoptado por decreto, como lo anunció el alcalde de este municipio del norte del Valle de Aburrá, Óscar Andrés Pérez, quien objetó su aprobación por parte del Concejo Municipal.

La discusión del Plan de Desarrollo evidenció la pugna que existe entre el burgomaestre y las mayorías del Concejo que desde enero vienen haciendo oposición política.  Se trata de 11 de 19 concejales que, según la presidenta, Luz Imelda Ochoa, esperan llegar a una posición conciliadora que permita cambiar el destino político en Bello, que por tradición es de corrupción,  asegura la corporada.

 

Dice Luz Imelda Ochoa que se encuentran en una transición política dolorosa.  Pero en noviembre se llevará a cabo un pacto por la transparencia de Bello, que abrirá las puertas para empezar a sacar al municipio del lugar de atraso en que se encuentra, como consecuencia del alto nivel de corrupción, según Transparencia por Colombia.

 

Bello es el segundo municipio más poblado del Valle de Aburrá, con 420 mil habitantes.  El 80 por ciento se encuentra en estratos uno, dos y tres.  Su desempleo es del 16 por ciento, siendo las mujeres el 70 por ciento de las desempleadas.

 

Para la concejal, este es un momento histórico porque hay grandes posibilidades de desarrollo debido a que se acabaron las tierras del sur, y los inversionistas están mirando a Bello.  Pero la nueva historia de desarrollo, de acuerdo con la presidenta del Concejo, debe ir acompaña con la transformación política.

 

La corrupción es un mal imposible de erradicar, pero se puede controlar con veedurías que estén en manos de la ciudadanía, dice la concejal.  No se pueden seguir pidiendo porcentajes inmensos en contratos, como es costumbre en la clase política bellanita, afirma.  Un buen primer paso, dice, es que por primera vez en Bello, los controles están en cabeza de una Personería y una Contraloría que no son del gobierno