Por: Jaime Jaramillo Panesso
De emergencia, salió con rumbo a La Habana, el hermano del Presidente, Enrique Santos Calderón, hombre de toda la confianza y quien aplanó los obstáculos y abrió las puertas de los diálogos entre Farc-ep y el gobierno de su hermanito Juan Manuel. Ocurre que con motivo de la incursión terrorista de ISIS o Estado Islámico en Paris, una masacre simultánea en distintos lugares que dejó un saldo de 130 muertos y centenares de heridos, el mundo abrió los ojos y dio inicio a una contraofensiva. Francia respondió de inmediato y jalona una alianza con mayor poder de fuego. Adolorida la opinión pública mundial, se pregunta, por otros actores similares y encuentra a las Farc en Colombia, mientras el Eln juega con bajo perfil.
Si las Farc no entregan las armas, se desmovilizan y se acojan a las leyes y a la justicia transicional, seguirán siendo señaladas como terroristas. La masacre de Paris desnuda a las Farc que tienen contados los días para descongelar los estancados diálogos. Un movimiento mundial de los estados y de los pueblos está alzado en armas y en conciencia contra el terrorismo. De ahí la rápida intervención de Enrique Santos como mensajero presidencial para un encuentro con Rodrigo Londoño, alias Timochenco, en La Habana. ¿Será este paso una desautorización a los negociadores Humberto de la Calle y Sergio Jaramillo? Para desatrancar el proceso el Presidente Santos se la juega toda en esta coyuntura, porque los estadistas y los dirigentes a escala mundial señalan que con los terroristas no se puede negociar, sino que se les debe combatir. Quienes más clara tienen esa posición son Putin, Presidente de Rusia y Hollande, Presidente de Francia. No existen, por lo tanto, un terrorismo malo (los yihadistas) y un terrorismo bueno (Farc y Eln). Las razones subjetivas de ambas vertientes pueden ser diferentes, pero los medios y los hechos son iguales o similares. Parece que Timochenco, además, en ejercicio del mando fariano, despacha sus instrucciones desde La Habana con absoluto conocimiento del gobierno colombiano y de los países democráticos, a la espera de unas Farc que entren en razón y comprendan que es la hora de llenarle el buche a la paloma de la paz santista.
Nota marginal. En este convite de la paz a la colombiana, tiene sucesos que pasan como sainete o como tragicomedia. La periodista investigadora, Salud Hernández, estuvo en el caserío chocoano donde dizque las Farc secuestraron al general Alzate. He aquí su relato: “Han transcurrido doce meses desde que las Farc raptaron al alto oficial y sigue sorprendiendo que el máximo responsable de las Fuerzas Militares en la región decidiera llegar al poblado vestido de civil y sin escolta. Las hipótesis que se escuchan entre los locales son las mismas que circularon en aquellos días y, al igual que sucedía en el 2014, desechan la que difundieron las autoridades, que acudió con la intención de revisar un proyecto de una hidroeléctrica…… Los únicos que están haciendo el estudio son de la Universidad Tecnológica del Chocó y acá nunca nos dijeron que el General estaba en el proyecto, asevera Cirilo Román. “Eso fue una película la que montaron para fortalecer el proceso de paz que se les estaba cayendo”. Y recoge estas palabras de un habitante del lugar: “El General nos vino es a involucrar. Aquí, ese señor, ni lo conocíamos”. (El Tiempo, 20 de noviembre 2015, pag. 18)