Por: Balmore González Mira
Cada viaje, cada visita que se hace a esta tierra promisoria resulta de ensueño. Urabá te enamora desde que llegas a su territorio y con la venia del hoy alcalde de Apartadó, uno de los maravillosos municipios de la región, tomo parte de su eslogan de gobierno para ponerlo de título de esta columna y adjudicarlo a toda esta bella geografía.
Desde su recorrido cuando despedimos el Occidente por vía terrestre y se asoma Mutatá, el Urabá antioqueño transmite energía, desarrollo, progreso y pujanza. Donde las palmeras se mezclan con la ganadería y sus aguas raudas en preciosas quebradas y ríos refrescan el pastizal y los sembrados. Chigorodó, Carepa y Apartadó forman un territorio de notorio desarrollo urbanístico, combinado con la agroindustria y su vocación bananera. Turbo es imponente con su mar abierto al mundo y con el futuro que le depara la construcción de dos majestuosos puertos que lo convertirán en el Hong Kong de América. San Pedro sin lugar a dudas tiene el potencial de su agricultura y ganadería que lo hacen especial en la zona. Necoclí y Arboletes tienen hoy la vocación por excelencia hacia el turismo, el cual muy pronto lo integrará San Juan, con sus maravillosas playas y sus aguas de color rosado en el corregimiento de Uveros. Vigía del Fuerte es un paraíso donde el río hace parte integral de la vida de sus habitantes; e igualmente Murindó que con sus riquezas hídricas espera ya poco por su reubicación.
Urabá tiene un imán especial, quien va no quiere devolverse y quien se devuelve quiere regresar. Su dinámica económica es mayor cada día y el crecimiento de sus poblaciones impactan por lo diciente de sus cifras. La región aparte de su desarrollo vial y portuario requiere de la repotencialización de instituciones educativas universitarias como el Politécnico Jaime Isaza Cadavid, que lleva allá más de un cuarto de siglo formando tecnólogos y profesionales, y ahora le juega a volver a ser fuerte en la región con programas pertinentes; más centros de atención médica especializada y por eso el sueño de construir el hospital universitario Urabá Darién sigue en la mente de sus habitantes, con servicios de tercer nivel para toda la población. Es notable también, la ilusión permanente de tener agua potable las 24 horas en todos sus municipios y un sistema de riego que vigorice la agroindustria en las duras épocas de verano. Urabá necesita y hasta puede con un sistema férreo que lo una de sur a norte, con un transporte multimodal para muchas y nuevas generaciones. Urabá es tierra, mar, aire y gente buena, por eso y mucho más, estamos enamorados de Urabá.