Por: Diego Calle Pérez.
Ese domingo, ese festivo, el día de ir a misa, el día del culto, ese culto de la democracia, ese domingo que se agenda en el consejo electoral, ese domingo será fundamental para cambiar, lo que por años creen que será igual. Ese domingo tan esperado para el que está en campaña electoral, unos quieren entrar por primera vez y otros están curtidos, en experiencia y billete reposando en el capitolio nacional. La tarea no ha estado fácil del todo, el escepticismo de la gente está peor, otros se animan y otros gritan las consignas, otros pegan el afiche de la campaña, otros reparten el volante y otros arriesgan colocando el pasacalle más alto.
Las empresas encuestadoras están haciendo su agosto. Aparecen datos reveladores, más de 38 millones de colombianos pueden ir a las urnas a depositar el voto que muchos esperan, otros han comprado, otros venden y otros compran, otros cambian, como se cambian chivos por la virginidad de una mujer de una tribu de la guajira, otros más osados, tienen acuerdos hablados con concejales y alcaldes en ejercicio para orientar la votación de sus paisanos. Otros están tratando de conversar buscando ese voto de opinión, que lo hay, si, pero es muy escaso y se mimetiza entre los mismos de siempre.
Escuchar las propuestas de los unos, de los mismos, de los otros, de los nuevos, uno que otro, está por figurar, no todos están por convicción, algunos están por buscar votos para el primero de la lista. La mezcla exacta entre el humor y la parodia como el programa de radio la luciérnaga, parecen algunas vallas, algunas campañas y uno que otro candidato. Todos dicen incoherencias, no hay nada coherente y divagan buscando coquetear con el asistente que llega como invitado especial.
La suerte está para unos y otros esperan con resignación, otros sabían que ya no podían estar en la lista, la actualizaron y muchos quedaron por fuera. La verdadera encuesta está en la calle, en la plaza de mercado, entre los gremios de los conductores del transporte urbano, entre los agricultores, los que viven del diario, los que buscan afanados sobrevivir, ahí, está la verdadera encuesta, lo curioso, es que muchos de ellos no van a la urna, muchos seguirán en el olvido y en la misma actitud, dicen que no cambia nada y lo más curioso es que siguen los mismos de siempre llegando al capitolio nacional. La encuesta de domingo será la real.