Agencia Virtual de Prensa –AVP-. La defensa y protección de los derechos humanos de los internos e internas de las cárceles Bellavista y El Pedregal por parte de la Personería de Medellín, no pueden obedecer sólo a percepciones. Las condiciones, generalmente inadecuadas, en las que estas personas purgan sus penas o esperan sentencia, han sido constatadas objetivamente a través de sus diferentes visitas de verificación de vulneración de derechos humanos y las brigadas socio jurídicas.
La Personería de Medellín cuenta, ahora, con un insumo informativo más: la entrevista realizada por la Oficina Permanente para los Derechos Humanos de la Personería y tabulada por el Centro de Opinión Pública –COP- de la Universidad de Medellín, mediante la cual internos e internas fueron indagados sobre su alimentación, alojamiento, servicios sanitarios, atención médica y trabajo, estudio y enseñanza como redención de pena, entre otras situaciones que permiten determinar el grado de vulneración de sus derechos.
“Los datos arrojados por la entrevista nos estimulan a seguir trabajando con mayor ahínco en la protección de los derechos fundamentales constitucionales y humanos de estas personas que merecen dignidad. Porque el sólo hecho de convivir con más de 6.000 compañeros reclusos donde sólo caben 2.400 –en el caso de Bellavista-, es degradante. La realidad es que algunos duermen hasta en los baños”, afirma el personero Rodrigo Ardila Vargas.
Según los encuestados, el 67.7 % duerme habitualmente en la celda. El 20.5 % en los pasillos. El 4.5 % en los baños y el 3.2 % duerme en otros lugares conocidos como parche, piso, hamaca, mesón de la cocina y todos los espacios disponibles. En Bellavista, particularmente, el 52.6 % duerme en la celda, el 32.3 % en los pasillos y el 6.0 % en los baños.
De los encuestados, al 66.7 % le fue asignado su lugar de alojamiento por el INPEC, el 21.9 % lo adquirió a cambio de dinero y el 6.1 % a cambio de servicios para alguien. En Bellavista, el 48.3 % manifestó que le fue asignado por el INPEC, el 34.5 % lo adquirió a cambio de dinero y el 9.5 % adquirió su lugar de alojamiento a cambio de servicios.
Respecto del estado de los servicios sanitarios, el 1.6 % considera que son excelentes, el 25.1 % que son buenos, el 42.9 % cree que son regulares y el 29.9 % los considera malos.
Frente al servicio de salud prestado por Caprecom, el 4.5 % de las personas encuestadas en los tres penales lo califica de bueno, el 12.5 % como regular y el 80.3 % como malo.
Las razones que aducen para calificar en mayor porcentaje el servicio de salud como malo es que el INPEC no remite a tiempo a quienes tienen EPS, no hay medicamentos, no hay médicos disponibles, hay demora y negligencia y, entre otras, el personal es desinteresado. De hecho, el 2.9 % de los entrevistados califica el trato recibido por parte de médicos o enfermeras como excelente, el 31.5 % como bueno, el 31.7 % como regular y el 30.9 % lo califica como malo.
Al 37.3 % los medicamentos necesarios para el tratamiento se los suministra Caprecom y al 41.3 % su familia. Sin embargo, entre quienes los reciben de Caprecom, sólo el 5.3 % manifiesta que la entrega es oportuna y el 31.5 % manifiesta que no.
El 19.2 % de los encuestados manifiesta que las remisiones médicas extramurales sí se cumplen en la fecha establecida por la Institución prestadora del servicio de salud, pero el 69.9 % considera que no se cumple.
El personero de Medellín, Rodrigo Ardila, afirma que mientras no exista una política penitenciaria como flexibilización de la suspensión de la condena, la detención domiciliaria y, entre otras, la libertad condicional, las condiciones de los internos e internas del País seguirán siendo lamentables, y lejana la posibilidad de humanizar las cárceles y dignificar la vida de los cerca de 120 mil internos de Colombia.