Por: Eugenio Prieto Soto
En diferentes espacios hemos alertado sobre el grave daño que se le haría a Medellín y Antioquia, de no entregársele a EPM sino a una firma extranjera para su financiación, construcción y libre explotación -durante alrededor de (30) treinta o (40) cuarenta años y después devolver a sus dueños-, el proyecto hidroeléctrico más importante en la historia de Antioquia, Pescadero Ituango, hoy Hidroituango. Con la firma del “Acuerdo de Voluntades” promovido por el hoy Ex presidente de la República, doctor Álvaro Uribe Vélez, pensamos que el gobierno departamental había recuperado la sensatez, pero no, el doctor Ramos utilizó al doctor Uribe a favor de sus maniobras, como lo hizo con la engañosa publicidad con la que quiso obtener aplausos por la “toma hostil” del macroproyecto.
Pero “hostil” no sólo ha sido la cuestionada operación -sobre la que aún esperamos respuesta de los organismos de control-, que rompió la confianza legítima construida entre el Departamento de Antioquia, el Municipio de Medellín, EPM y el IDEA; lo ha sido también la permanente actitud del doctor Ramos y de su gobierno hacia Medellín y EPM. El ex gobernador Juan Gómez Martínez ha puesto el dedo en la llaga desnudando esta actitud hostil al referirse al acuerdo que sin voluntad, firmara el IDEA con EPM, para supuestamente entregarle directamente la concesión de Hidroituango a EPM.
En su columna publicada en el Periódico El Colombiano, el respetado dirigente puso en evidencia el interés del Gobernador para provocar el fracaso del acuerdo: “El señor Gobernador se adelantó a plantear el desacuerdo; debe saber que así es, porque es imposible, desde el punto de vista legal, para una empresa de carácter público regalar plata”. “…exige una prima, es decir un regalo para poder negociar directamente con EPM….”…“…exige a EPM, que el avance sea el equivalente al 100% de lo que le corresponderá en los 32 años de operación por parte del constructor, traído a valor presente. Es decir, los ocho gobernadores del futuro tendrán que conformarse con los criticados ingresos del vicio: licor, tabaco y juego”. Es absurdo que el Departamento no aporte los recursos para financiar la obra y además exija a sus socios un pre-pago de las utilidades futuras, en lo que constituye un asalto a los derechos de los antioqueños de las nuevas generaciones.
En su discurso populista por cierto, según el cual esa compañía se ha hecho grande en detrimento de las regiones de Antioquia, al Gobernador no parece importarle Medellín como la ciudad capital y motor del desarrollo del departamento y aunque el aporte social de EPM al territorio puede y debe ser mayor, no se puede desconocer el desarrollo que ha irrigado a las subregiones y lo que ella representa ante el mundo. ¿Por qué el doctor Ramos cuando tuvo la oportunidad, como alcalde de Medellín, de reinvertir los recursos de EPM en las subregiones no lo hizo, cuando el entonces Gobernador, doctor Juan Gómez Martínez, le solicitó oficialmente que conformarán unas empresas públicas departamentales, con recursos de EPM y del gobierno departamental?
Ahora, si al Gobernador le asiste una genuina preocupación por aprovechar el potencial de Hidroituango para irrigar desarrollo a toda Antioquia, ¡qué mejor que entregarla a EPM a cambio de que se comprometa a inundar recursos de sus excedentes en las subregiones como lo hace con Medellín! Ese debería ser el debate y no otro. ¿Qué aportes ordinarios le hace EPM al municipio de Medellín? ¿Cuánto le transfieren extraordinariamente? ¿Cuántas escuelas de Medellín, bibliotecas y muchas obras sociales se han financiado con estos recursos? ¿Cuántos estudiantes estudian hoy en las mejores universidades de Antioquia con el programa de becas de EPM? Respuesta, aportes ordinarios el 30%, pero en la última década, sumando los extraordinarios, podríamos decir que el promedio no baja del 50% aproximadamente. ¿No son importantes para Antioquia?
Realicen la subasta y no le regale nada a EPM como usted lo dice Gobernador, pero tampoco a las firmas extranjeras, ni le quite posibilidades de mayores recursos a la inversión social en nuestro departamento, y, así como se le exige a EPM una aparente “prima” o utilidades anticipadas, en condiciones de igualdad técnica, exijan que las firmas extranjeras que calificaron, garanticen también –como lo puede hacer EPM, durante los 30 o 40 años de explotación de la obra-, después de descontar los costos y gastos de construcción, operación, financieros e impuestos, compartir con el territorio, como mínimo, el 30% las utilidades para irrigarlos en los planes de desarrollo de los municipios de Antioquia, este es el debate que se debería abordar con criterio en la H. Asamblea de Antioquia y en el H. Concejo de Medellín en defensa de los intereses de Antioquia.
Sin desconocer la importancia de la inversión extranjera, no creo que ninguna empresa diferente de EPM -que es 100% patrimonio de Antioquia-, podría entregarle al territorio esa magnitud de recursos adicionales para la inversión social. Adicionalmente el otro 70% de los excedentes tampoco se iría al exterior, se quedarían capitalizando y haciendo más grande la empresa de todos, nuestras EPM. Cualquier decisión diferente sería un crimen con Medellín y Antioquia y con las generaciones futuras, como lo dijo el propio doctor Juan Gómez a quien nos unimos integralmente en su reflexión, sería “un crimen de lesa patria”.