Por: Eugenio Prieto Soto

El pasado miércoles 11 de agosto se protocolizó el histórico acuerdo por medio del cual EPM asume la concesión de Hidroituango durante los próximos 50 años: 8 para la construcción y 42 más de operación. El desarrollo de este magnifico macroproyecto representará grandes beneficios económicos y sociales para EPM y para nuestro Departamento. La empresa de servicios públicos obtendrá ingresos aún no publicados por su gestión como concesionaria y recibirá además los que anualmente le reporte su calidad de propietaria del 46% de las acciones.

 

Para EPM no es de poca monta definir el macroproyecto como su real puerta de entrada al club de gestores mundiales y exportadores de energía, toda vez que en 8 años, prácticamente duplicará la capacidad instalada que ha alcanzado en 55 años. Nunca Colombia intentó una obra de este tamaño y menos bajo la impronta de una empresa nacional. El buen nombre, transparencia, e idoneidad de EPM la hacen merecedora como institución experta y confiable para ser responsable de la construcción de la Central Hidroeléctrica y asegurarse, por lo menos, alrededor de 500 millones de dólares anuales como utilidad de la operación, de los cuales confiamos, irrigue parte en responsabilidad e inversión social en los municipios de Antioquia.

El regocijo nos embarga con EPM y Antioquia. Los beneficios económicos y sociales durante la concesión -50 años- no se irán del territorio. No obstante, no se debe nublar nuestro juicio al realizar el análisis sobre la mejor alternativa para el Departamento de Antioquia-IDEA-, en el sentido de concesionar o aportar directamente los recursos de capital necesarios para el desarrollo de la obra, esta reflexión deberá enriquecer este debate sobre el futuro modelo de los ingresos o rentas del departamento.

“Confiamos en que las utilidades de Hidroituango van a ser enormes: Antioquia recibirá el 52,8% de las utilidades, es decir, si Hidroituango genera los 1.000 millones de dólares anuales que se espera, nosotros recibiríamos 520 millones de dólares anuales, es decir, cuatro veces la FLA”, expresó el funcionario gerente del IDEA, tras la firma del acuerdo. Le faltó agregar, que después de entregar la concesión, cualquiera sea el monto de las utilidades generadas sólo comenzará a recibirlas a plenitud el Departamento de Antioquia-IDEA- sobre el 52% de su propiedad, después de 50 años.

Todos tenemos extraordinarias expectativas con este macroproyecto, pero ¿las utilidades esperadas, si serán tan altas? Ojalá. Estaríamos hablando de una rentabilidad anual del 33%, sobre una inversión de 3.000 millones de dólares. Es exagerado. ¡La inversión se recuperaría en tres años!. En todo caso, si el propio funcionario gerente del IDEA y por lo tanto el gobierno departamental de Antioquia tienen tan claro que las utilidades pueden llegar a ser “cuatro veces la FLA”, ¿por qué, adicional al apalancamiento financiero propio del macroproyecto, no se realizaron los esfuerzos necesarios para conseguir los recursos que requiere el Departamento de Antioquia-IDEA-, alrededor de 1.000 millones de dólares, para capitalizar?

Tras el acuerdo de paridad accionaria que realizamos entre el Departamento de Antioquia-IDEA- y el Municipio de Medellín-EPM, el Gobernador Aníbal Gaviria Correa propuso la venta de la Fábrica de Licores de Antioquia –FLA-, para que los recursos de esta venta se destinaran a la capitalización de EPM, a través de la financiación y construcción de la central hidroeléctrica Pescadero Ituango y al fortalecimiento del Fondo Departamental del Agua como instrumento esencial de equidad.

No se logró. La politiquería no lo permitió. La venta de la FLA le habría reportado al Departamento de Antioquia-IDEA los fondos suficientes, para que asumiera en condiciones de igualdad y conjuntamente con EPM la gestión de la central hidroeléctrica, sin tener que concesionar o buscar un inversionista, con lo que se hubiera asegurado las utilidades a plenitud del macroproyecto desde el inicio mismo de la operación en el año 2018.

En otros términos, de no haber convertido el macroproyecto en motivo de batalla política, de no haber reventado la paridad accionaria, el acuerdo de accionistas, la confianza legitima, lo que significó beneficios por parte del Estado a unos terceros privados, con ganancias por alrededor de $100.000 millones, el Departamento de Antioquia-IDEA- tendría hoy la oportunidad histórica real de cambiar su modelo de ingresos dependiente del vicio y los licores por las rentas de “los aguaceros”, por las rentas del agua, por la generación de energía limpia a partir del 2018.

Si con este propósito se hubiera vendido la FLA, aparte de los recursos anuales que se seguirían recibiendo por el impuesto a los licores, el Departamento tendría un VPN de la inversión muchísimo mayor, además de recibir a plenitud las utilidades entre 2018 y 2060, años en los cuales, con el esquema de negocio acordado, recibe menos rentabilidad por su participación. Creo que el bienestar y el desarrollo de Antioquia no se pueden esclavizar otros cincuenta años a las rentas del licor, no debemos perder esta oportunidad histórica para vender la FLA, de lo contrario, le tocará a varias generaciones esperar con la paciencia del Santo Job, otros 50 años para comenzar a recibir los beneficios de la “inteligente operación” del facilismo y la soberbia de una administración que en su egocentrismo, cree ser portadora de la verdad absoluta.