Por: Cristian Cartagena
Mucho se ha hablado de la ética en la política paisa a raíz de la declaración del polémico y negado asesor JJ Rendón, quien dijo que eso de la ética es para los filósofos cuando Marìa Jimena Duzán le recriminó en una entrevista para la revista Semana diciéndole que no todo lo legal era ético. Creo que en todas las profesiones tienen una ética predeterminada o un código de ética preestablecido diferente y muy relativo porque al fin y al cabo su significado sigue siendo tan subjetivo como las encuestas amañadas que habitualmente se hacen en Antioquia. Por ejemplo, a mí me enseñaron cuando estudié Comunicación Social que la ética de mi profesión es no decir mentiras, no creernos jueces y no ocultar ni hacernos los pendejos con información que incomoda al poder o a quienes quieren acceder a él, que eso es lo que siempre pretenden y han pretendido en esta tierrita. Que simplemente somos unos razoneros y ya, y que en esa medida revelamos información de interés para la gente bien sea porque los beneficia o los perjudica. Creo que la ética de un abogado es defender a su cliente así éste tenga todas las pruebas en su contra que lo hagan culpable, que la ética de un médico es intentar salvarle la vida a una persona así éste sea un criminal que haya matado a 20 niños y que la ética de un político es defender unas causas a nombre de un grupo de personas que lo eligió para ese fin.
Esa es la ética de las profesiones, hacer lo que nos enseñaron a hacer dentro de la legalidad. Pero la ética también va a amarrada de la coherencia profesional, es decir, se es o no se es, pero no se es un día y sí se es al otro dependiendo de las circunstancias. Creo que eso es ser acomodado o voltearepas, como muchos políticos en Antioquia que se las dan de muy éticos pero siempre abandonan a los suyos y a sus principios para irse con el mejor postor así éste haya sido su enemigo en el pasado. Una cosa es abandonar una causa cuando ya no se está de acuerdo con ella, como lo hizo Mockus con los verdes cuando éstos se unieron con la U para intentar ganar la Alcaldía de Bogotá y otra es abandonar la causa porque no es la que va adelante punteando esa carrera o porque no saben aceptar una derrota previa, como sucede con algunos sectores del partido Conservador con su candidato a la Gobernación y otros grupos del partido de la U con su aspirante a la Alcaldía de Medellín.
En esa medida planteo los siguientes interrogantes a los éticos voltearepas de la política paisa: ¿Es ético decir que apoyan a un candidato cuando en realidad le están trabajando por debajo de cuerda a otro? ¿Es ético perder una consulta o una elección primaria y no apoyar al compañero que lo derrotó en franca lid? ¿Es ético apartarse de su partido político porque las decisiones no lo favorecieron? ¿Es ético dejar tirado al candidato de su partido porque no es el favorito? ¿Es ético tratar de reventar a su partido de pura rabieta de mal perdedor? ¿Es ético ser acomodado? ¿Es ético ser voltearepas? ¿Es ética la incoherencia política que demuestran día a día? Creo que ahí no hay nada de ética.