Agencia Virtual de Prensa –AVP-. De acuerdo con el censo poblacional de 2009, en Medellín hay 3.381 habitantes de calle, que viven en la calle porque rompieron todos sus vínculos familiares. Según ese mismo censo, en Medellín hay 20.971 personas que habitan en la calle: aunque no duermen en ella, diariamente se rebuscan en la calle su sustento, de manera informal e ilegal. En suma, son cerca de 25 mil personas generadoras de conflictos, debido a su conducta antisocial, las que son consideradas habitantes de y en la calle.
El concejal Róber Bohórquez Álvarez dice que éste es otro problema relacionado con la prostitución, la explotación sexual de menores, el hurto, el comercio y consumo de sustancias psicoactivas, las ventas ilegales y la limosna, entre otros, que debe ser atendido de manera inmediata por la Administración de Medellín. Plantea que los habitantes de y en la calle son un fenómeno ligado al desempleo y a la violencia, pero a diferencia de la delincuencia, se puede empezar a resolver tanto con la voluntad política de la Alcaldía como con la voluntad de cada una de las personas que por necesidad o por gusto viven en la calle o de la calle.
“Yo propongo una solución mediante la cual estas personas se empiecen a sentir productivas y, en vez de recibir desprecio, empiecen a ser reconocidas y valoradas como engranaje del progreso de nuestra sociedad. ¿Cómo? El Municipio debe adecuar granjas productivas para quienes quieran irse de manera voluntaria. Allí gozarán de los beneficios de los diferentes programas sociales que ofrece la Administración, pero deberán hacer parte del encadenamiento productivo para que, además, comiencen a obtener ingresos”, explica Róber Bohórquez. El Concejal de Cambio Radical cree que, por supuesto, es necesario que esta intervención en la conducta y la vida de los habitantes de y en la calle, demande el acompañamiento médico, psicológico y educativo. “Así se hace en varios países de Europa: los habitantes de la calle tienen la opción de ser productivos, pero la ayuda de los expertos es parte integral de la solución”, enfatiza Bohórquez Álvarez.
El Concejal de Medellín plantea la inquietud sobre la posibilidad que en las granjas productivas, con el acompañamiento profesional, se permita el consumo regulado y supervisado de drogas para controlar adicciones.
“Que se abra el debate. Pero con o sin consumo regulado, debemos darnos la oportunidad de conformar colonias agrícolas que hagan factible el cambio de vida de habitantes que dependen de la calle, por personas productivas que pasarán de ser problema a ser contratistas del mismo Municipio, al que proveerán de hortalizas, frutas, compost, abonos y otros productos necesarios para el desarrollo de los programas de seguridad alimentaria y ornato de jardines del Municipio de Medellín”, concluye el concejal Róber Bohórquez Álvarez.