¡PLOP, CANNABIS!

Por: Francisco Galvis Ramos

De conformidad con el Diccionario Manual de la Lengua Española Vox, © 2007 Larousse Editorial, S.L., las hienas son animales mamíferos nocturnos, parecidas a los perros, con las patas delanteras más largas que las traseras, de cuello largo y grueso, de pelo pardo y áspero, afilada dentadura que tritura, que se alimentan de carroñas y viven, espían y atacan en manadas.

Según el mismo Diccionario, al igual se reputan hienas aquellas personas cobardes y sin escrúpulos, agregando el suscrito que, como aquellas, son crueles, feroces, traicioneras, perversas, pérfidas, lo que viene como anillo al dedo para retratar a la banda dedicada por estos días a denigrar del procurador Alejandro Ordoñez Maldonado, porque este no piensa como la modesta jauría.

 

Y todo viene orquestado a impedir la reelección del doctor Ordoñez para otros cuatro años al frente de la procuraduría y de todo se ha dicho y de todo le han dicho, saliendo inclusive mentes calenturientas a decir por ahí que tiene cara de bravo y que es feo, en lo que sí estoy de acuerdo. Me propongo sostener que un procurador bien intrépido, como el, es el que necesitará siempre este país asediado de corruptos, inmorales, peculadores, prevaricadores y violadores de los Derechos Humanos.

Otros le imputan infundadamente el cargo de nepotista, sin que a la fecha alguien precise en qué lugar de la nómina oficial haya hecho nombrar a un pariente suyo, acostumbrados como veníamos a que el anterior procurador, Maya Villazón, enrocara favores para cargarle al erario a su hermano en el Consejo Superior de Judicatura y a su propia novia y después esposa en el Consejo de Estado.

Pero también el problema es con los ateos y relativistas que lo señalan de ejercer el cargo desde sus creencias católicas, apostólicas y romanas y de la moral cristiana, que son las de las grandes mayorías nacionales, sin considerar que nada ha dicho sobre el agravio sufrido por la religiosa grey de Antioquia, que asistió atónita a la expulsión del Crucificado del despacho del gobernador, a la clausura de los Oratorios y a la exclusión del capellán, todo a cargo de un señor que si acaso cree en sí mismo, Sergio Fajardo Valderrama, el redentor.

Entre Moral y Derecho existe relación, señores, y quien no crea tome un curso de Introducción al Derecho a marchas forzadas para que no siga haciendo el oso.

Ahora la abogada Mónica Roa y la reducida comisión de aplausos que la sigue y circunda a manera de guardia herodiana, al tiempo que la Corte Constitucional, le montan sitio al doctor Ordoñez por su firme y consistente posición en defensa de la vida humana del que está por nacer, porque no les resulta suficiente la sentencia que moderó para tres casos bien precisos, que comparto, el evento del aborto y andan alteradas detrás de la despenalización total, pero se equivocan sí creen que nos van a uniformar con sus extraviadas creencias.

Por ahí escribí en Twitter que para tener autoridad, las frenéticas activistas del aborto deberían demostrar: primero, que están en capacidad de engendrar y, luego, que sí están decididas a abortar del cuerpo propio y nadie contestó, ratificando con el silencio que es muy fácil disponer del bien de la vida ajena.

El Senado de la República no puede declinar en su voluntad mayoritaria de reelegir al doctor Ordoñez Maldonado. Lo contrario sería hacerle concesiones a la dictadura de una minoría bizantina cuyo atrevimiento no tiene límite. El doctor Ordoñez debería continuar cuatro años más, y nada más, en el cargo de procurador, redondeando una tarea que lo ha hecho acreedor al título de mejor procurador general, claro está después del doctor Mario Aramburo.

Tiro al aire: es del caso recordarles a la Corte Constitucional y a las hienas al ataque, que aquel que no obra como piensa, termina pensando como obra.