Por: Jorge Mejía Martínez
Las opiniones expresadas en esta columna, son responsabilidad de su autor
Intempestivamente, este pasado día lunes, apareció el alemán intentando encochinar al ex gobernador de Antioquia y formula vicepresidencial del Partido Liberal. Según el comandante paramilitar, en noviembre de 2003, a través de un frente político por Uraba, en un teatro, se decidió el respaldo a la aspiración de Aníbal Gaviria a la gobernación del departamento, promovido por Jorge Pinzón Arango connotado dirigente deportivo no de Uraba sino de Antioquia, ex director de Coldeportes Antioquia y eterno representante de los municipios ante Indeportes. Para todo mundo Pinzón era un hombre del deporte y siempre escondió cualquier vínculo –supuesto o real- con paramilitares. Su detención reciente fue una sorpresa general.
El jefe paramilitar nada dice respecto a si hubo alguna negociación o transacción de por medio; Imposible conociendo el talante de Aníbal Gaviria y su campaña a la gobernación. Vacio que no alcanza a esconder la intensión de la venenosa aseveración. La respuesta de Aníbal fue inmediata y sin titubeos: jamás hubo solicitud de apoyo a la campaña y jamás conversó con el jefe paramilitar o cualquiera otro. Con los ojos cerrados, le creemos a Gaviria Correa.
Pero, ¿Por qué ahora, siete años después, aparece este señor con tan monstruoso señalamiento? ¿A quien le sirve? Lo primero que llama la atención es la fecha del supuesto apoyo paramilitar: “Noviembre de 2003”. Para esa fecha Aníbal Gaviria ya era gobernador electo de Antioquia. Las elecciones fueron en 0ctubre. Trastabilla la versión del Alemán. Lo otro es que el contendor de Aníbal Gaviria para la gobernación, fue Rubén Darío Quintero Villada a quien la justicia investiga desde hace ya muchos meses por sus supuestos vínculos con el Comandante paramilitar y su gente, traducidos en respaldo electoral en el año 2002 para la campaña al Senado en compañía de Humberto Builes, detenido. Dicho apoyo, según las autoridades que investigan, se dio a cambio de la participación en la Unidad de trabajo en el Senado y en la lista de Cámara de representantes, de miembros del equipo político cercano al Alemán. Acuerdo que al parecer funcionó. Entonces ¿por qué apoyar al contrincante del aliado, si en la misma versión, el comandante paramilitar reconoce el apoyo brindado a Quintero y a Builes para el Senado de la República?
Todos los medios de comunicación hicieron eco del pronunciamiento del jefe del Bloque paramilitar de Uraba. Esa era su obligación. Pero no hubo similar despliegue cuando otro comandante, Salvatore Mancuso, confesó que él y otros jefes paramilitares, habían promovido el respaldo a Álvaro Uribe Vélez para la Presidencia de la Republica. El Presidente ni siquiera se mosqueó para responder; los medios tampoco le preguntaron. Por ello vuelve y salta la inquietud: ¿a quien está intentando favorecer El alemán o a quien está intentando perjudicar?
Al candidato presidencial del Partido Liberal, Rafael Pardo, han tratado de relacionarlo con las Farc como intentó hacerlo Juan Manuel Santos hace cuatro años y como se alcanza a leer en algunos correos electrónicos que circulan a través del Internet. Ahora, a su formula vicepresidencial, intentan empantanarla con el supuesto apoyo del paramilitarismo en la campaña a gobernación de hace 7 años. Golpe muy bajo.
¿O será una reacción en Antioquia a las graves denuncias de Gaviria sobre Pescadero Ituango? Algo se está cocinando.
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