Fabio Humberto Rivera Rivera
El Alcalde Alonso Salazar Jaramillo fue elegido hace un año para gobernar a Medellín durante el cuatrienio y para ello debe dedicarse con alma, vida y corazón sorteando las dificultades que a diario se le presentan a cualquier mandatario del país del Sagrado Corazón de Jesús, y mucho más en una ciudad tan compleja como la nuestra.
Vemos con buenos ojos que empresarios y personas de bien rodeen al mandatario local, sea cualquiera la razón, responsabilidad social o defensa de la institucionalidad.
Es el momento para que los empresarios de Medellín arropen a la Administración Municipal con responsabilidad social en la solución de problemas graves que hoy sufren miles de personas de la capital paisa.
El galopante desempleo, la tercerización y la creciente informalidad en Medellín desestabilizan aún más y no se ve interés para enfrentar este grave problema.
La indigencia crece, la niñez en situación de calle nos desborda, el Municipio y el Concejo de Medellín de la mano con ONG´s buscan cómo responder sin encontrar solución al problema, esto también desinstitucionaliza sin preocupar a nuestros queridos empresarios.
Es bueno y sano rodear las instituciones, pero es más eficiente ayudar a resolver los problemas que desinstitucionalizan al país como el hambre, la miseria, la indigencia, las zonas de alto riesgo, etc.