Por: Ramón Elejalde Arbeláez

El ex presidente César Gaviria tomó esta semana la decisión de apartarse de la Dirección del partido Liberal y sugirió que lo lógico fuera que el candidato único del partido, doctor Rafael Pardo asumiera la conducción de la colectividad a partir del Congreso a celebrarse el próximo 12 y 13 de diciembre.

Sea lo primero hacerle un reconocimiento al doctor César Gaviria, quien asumió la conducción del liberalismo en un tiempo sumamente difícil y cuando desde el poder existía toda la decisión de acabarlo como organización política. Nunca ocultó el ex presidente Gaviria que había asumido el reto de dirigir su partido cuando observó que se le quería reducir a su mínima expresión. Como siempre lo he afirmado, prefirió el ex presidente someterse a ver reducido sus niveles de aceptación entre la opinión pública a dejar sacrificar electoralmente su colectividad. Hubo desgaste, pero el liberalismo sigue allí y el desastre no fue peor. Los liberales tenemos que guardarle un profundo respeto y una inmensa gratitud al ex presidente que prefirió la lucha partidista a la vida muelle de la cultura y las conferencias por todo el mundo. En el Congreso de diciembre tiene bien merecido un inmenso aplauso de respeto de sus copartidarios y el reconocimiento por su valeroso trabajo al frente del liberalismo por cerca de cuatro años.

 

Propone el doctor César Gaviria que su reemplazo sea el doctor Rafael Pardo. Ya desde la campaña para escoger al candidato del liberalismo lo había afirmado el doctor Aníbal Gaviria Correa: “El Jefe del liberalismo debe ser el candidato oficial del partido, así ha sido históricamente”. Nada más obvio que quien tiene la obligación de conducir al liberalismo a la reconquista del poder, su candidato, sea quien dirija y oriente la colectividad. Rafael Pardo conoce la dirigencia, acaba de recibir un mandato popular  incuestionable, es persona serena y ponderada y tiene virtudes y reconocimiento. Un acierto de César Gaviria.

 

En vísperas del Congreso Liberal se ha conocido también la propuesta del candidato oficial, doctor Rafael Pardo, que sea Aníbal Gaviria quien encabece la lista del Partido al Senado de la República. El doctor Aníbal fue la grata sorpresa en la pasada consulta. Contra todo pronóstico obtuvo una muy buena votación y los medios y los formadores de opinión lo dan como la carta de renovación del Partido. Es Aníbal Gaviria una figura joven, probada en la Administración Pública con lujo y la esperanza liberal para un futuro no muy lejano. Un acierto del ex presidente Gaviria y de Rafael Pardo invitar a una figura que irrumpe en el escenario nacional con fuerza, a que sea la cabeza visible del Partido. Es además la decisión del liberalismo de renovarse.

 

Notícula. En mi artículo de opinión de la semana pasada me limité a transcribir textualmente y a comentar, la opinión consignada en un documento público por la Dirección de Apoyo Fiscal –DAF- del Ministerio de Hacienda sobre la situación económica del Instituto para el Desarrollo de Antioquia. Furia santa la que produjo en su señor Gerente mi osadía. Lo único que atinó ante los medios de comunicación fue a descalificarme, nunca se le ocurrió que lo más sensato para una entidad que es la mayor accionista del proyecto más ambicioso de Colombia como es el de Pescadero Ituango y que tiene en sus manos la colocación de unos bonos de deuda pública del Departamento, era explicar los señalamientos que le hace una entidad oficial de la mayor respetabilidad, para tranquilidad de los inversionistas. Buenos son los insultos cuando no se tienen argumentos. No caeré en las descalificaciones personales, así mis lectores y amigos me llenen de argumentos.