La pandemia del Covid-19 y el subsecuente período de aislamiento preventivo obligatorio durante más de seis meses permitió descubrir que la familia no es entorno protector, como debe ser, sino que es un entorno donde la violencia intrafamiliar y el abuso sexual se potencia, especialmente contra las mujeres y las niñas.
Claudia Elena Restrepo, subsecretaria de las Mujeres de Medellín, manifestó en Sinergia Informativa que esa realidad, que siempre ha existido, salió a la luz durante la cuarentena que obligó a las mujeres a compartir más tiempo el encierro en la casa con los hombres.
“El sitio más peligroso para las niñas y las mujeres es la propia casa: en cuanto a la violencia intrafamiliar, se evidenció que el 74% de las víctimas correspondió a las mujeres, y que el 84% de casos de abuso sexual se manifestó en menores de 14 años, la mayoría niñas. Quedó demostrado que la familia no es un entorno protector para las mujeres y las niñas”, insistió Claudia Elena Restrepo.
Entre e 1 de enero y el 18 de octubre de 2020 se han presentado en Medellín 27 homicidios de mujeres, de los cuales 19 son presuntos feminicidios en los que generalmente participa la pareja o expareja.
La subsecretaria de las Mujeres de Medellín, Claudia Elena Restrepo, dijo que es urgente empezar a transformar esta realidad de violencia que está arraigada por la cultura y que exige la acción decidida de la sociedad, en general. Para ello se han ido construyendo estrategias.
En Medellín se cuenta con tres mecanismos que parten de la intención de comunicar y denunciar cualquier asomo de violencia contra las mujeres, que van más allá del propio entorno de las víctimas: la vecindad debe ser activa y oportuna cuando sienta, vea, oiga, sepa o sospeche que una vecina o una familiar está siendo víctima de violencia y abuso.
El 123 es el número único de emergencias para salud, seguridad y violencia contra las mujeres. En él se obtiene asesoría jurídica y sicológica y, de ser necesario, atención inmediata con recogida y traslado a un centro de atención en salud o a un Hogar de Acogida.
Este Hogar de Acogida es el segundo mecanismo: a él es llevada la mujer y sus hijos y dependientes menores de 18 años, durante 42 días. Allí recibe atención nutricional, sicológica y se le ayuda a fortalecer las redes sociales y familiares para capacitarla en procesos de autonomía económica, ya que, generalmente, la víctima de violencia es dependiente del agresor.
El tercer mecanismo es la atención sicojurídica en territorio, que consiste en visita de abogadas y sicólogas a comunas y corregimientos para asesorar en asuntos jurídicos y sicológicos relacionados con violencias de género.